Olimerca.- Un problema con el transporte llevó un día a Antonio Berrio, socio director de AgroSecurity y agricultor, a dejar las mantillas cargadas de aceituna en el campo y pensó en echarle algo para impedir que se las robaran. Así nace la idea de diseñar un sistema para evitar el robo de aceitunas en el campo de la mano de este jiennense, que desarrolla con la ayuda de su amigo Ricardo Antonio Cárdenas, abogado e informático, y ahora director Financiero de AgroSecurity.

Tal y como explica el propio Ricardo a Olimerca, “así nació este proyecto: crear un señuelo con forma de aceituna picual, la variedad más habitual de los olivares jiennenses, que a su vez es un sistema de seguridad y de trazabilidad agrícola”.

Este señuelo, tanto al tacto como a la vista es igual que un fruto real, y esconde en su interior un chip de radiofrecuencia (RFID) con la información del propietario del campo y la parcela en la que se ha colgado esta particular oliva.

Este fruto, fabricado con silicona, se compraría directamente en las cooperativas para colgarlos en los olivos, de modo que, si el árbol es vareado de forma ilegal, al llegar a las tolvas de pesaje de las cooperativas se detectaría que no pertenece a esa partida a partir del código con el que se adquirió.

Y para detectar cada una de estas aceitunas, los cuerpos de seguridad, públicos o privados, pueden disponer de una pistola de radiofrecuencia que, al acercarse a sacos o cajas con fruto robado, lee este código.

Según señalan sus responsables “el agricultor solo necesitaría comprar señuelos para abarcar el 5% de los olivares que tiene, por ejemplo, de 1.000 olivos compraría 50, para ubicarlos en las zonas de más fácil acceso y otros puntos aleatorios en la finca”.

De este modo, añaden, “al incorporar este chip, el agricultor tiene una garantía más para garantizar las denominaciones de origen, por ejemplo, que pueden saber que la mercancía proviene del lugar indicado y que no ha sido mezclada con aceituna de otras zonas sin protección de consejos reguladores”. Y como el objetivo es resolver un problema que va en aumento en los olivares, los fundadores de AgroSecurity han decidido poner “precios asequibles a su solución”, de modo que cada fruto señuelo costará en torno a los 2 euros.

Este sistema estará en la calle el próximo año, "será la campaña de 2019-2020 porque estamos ultimando el desarrollo del sistema informático que deberán compartir todas las cooperativas", afirman sus responsables a Olimerca.

Actualmente ya cuentan con la patente nacional y está en proceso de solicitar la internacional, de modo que AgroSecurity ya está creando moldes para otros frutos, como el aguacate y la almendra, que también sufren los robos masivos en sus campos.

Por otro lado, los socios quieren agradecer al Centro Andaluz de Emprendimiento de Jaén (CADE Jaén), y en concreto al técnico Emilio Lara su constante implicación en el proyecto desde el principio, así como al resto de personal de esta institución.