Olimerca.- En un año marcado por la crisis sanitaria del coronavirus, la nueva campaña oleícola en Italia arranca con previsiones de descensos en la producción de aceite de oliva de hasta un 22%, debido a las altas temperaturas y a la ausencia de lluvias, principalmente en zonas de la región del sur, a lo que se unen los efectos que sigue causando la Xylella fastidiosa.

Así se desprende de un análisis de Coldiretti, Unaprol e Ismea, en el que apuntan a una producción nacional de unos 287 millones de kilos frente a los 366 millones de la campaña anterior, e indica que la mayor caída la sufrirán las regiones del sur, como Puglia, donde se concentra aproximadamente la mitad de toda la producción nacional, mientras que en el centro y norte se esperan importantes incrementos.

Este informe también hace referencia a la producción mundial, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que estima un total de poco más de 3.000 millones de kilos, un ligero descenso en comparación con la campaña anterior. Para España apunta a una producción de entre 1.400 y 1.500 millones de kilos de aceite de oliva, frente a los 1.250 millones del año pasado, mientras que Grecia rondaría los 200 millones de kilos, por debajo de los 300 millones de kilos de 2019. Para Túnez, la previsión también es de descenso.

Los precios que reciben los productores de aceite de oliva han caído a valores mínimos que no se registraban desde 2014

Coldiretti señala que la caída de la producción afecta a un sector que ya ha pagado un precio muy alto por la emergencia de Covid, sobre todo, por el colapso de las ventas debido al cierre del canal de horeca, que representa una importante salida para el aceite Made in Italy. Pero la pandemia también hace sentir sus efectos con la necesidad de garantizar una recolección segura con un riguroso cumplimiento de la normativa para evitar los contagios.

Precios
En cuanto a los precios que reciben los productores, éstos cayeron a valores mínimos que no se registraban desde 2014. Una tendencia provocada, según Coldiretti, por la presencia en el mercado mundial de abundantes stocks producto Español, “muchas veces dispuesto a pasar por italiano debido a la falta de transparencia del producto en el mercado, a pesar de que es obligatorio indicar el origen por ley en la etiqueta a partir del 1 de julio de 2009, según el Reglamento comunitario n. 182 de 6 de marzo de 2009”, indica.

Añade que también el sector también se ha visto perjudicado por “sistemas de etiquetado engañosos, discriminatorios e incompletos, desde el semáforo inglés hasta el nutriscore francés, que terminan poniendo el sello rojo y paradójicamente excluyendo de la dieta los alimentos saludables y naturales” como el AOVE, subraya Coldiretti.

En este sentido, el presidente de esta asociación italiana, Ettore Prandini, indica que “para apoyar la recuperación del sector se necesitan medidas inmediatas con masivas inversiones públicas y privadas, partiendo de un extraordinario plan de comunicación sobre el aceite de oliva, que siempre ha sido símbolo de la dieta en el exterior. Mediterráneo".

En los primeros seis meses de 2020, la mayor demanda extranjera de aceite envasado italiano provino principalmente del mercado de EEUU (+28) y Francia (+ 42%)

Por su parte, el presidente de Unaprol David Granieri, a punta a la necesidad de “promover la alta calidad del aceite de oliva virgen extra Made in Italy” para lo que han impulsado la Fundación Escuela Evoo junto con Coldiretti, la primera escuela en difundir el conocimiento y promover la cultura gastronómica del aceite de oliva virgen extra entre consumidores y formar profesionales y empresas.

“El sector del aceite de oliva ha mostrado una buena resistencia a la crisis sanitaria”, destaca Raffaele Borriello, gerente general de Ismea, “Al aumento de la demanda del comercio minorista a gran escala se sumó una exportación bastante dinámica que mitigó parcialmente las pérdidas por la parada del sector horeca”.

En los primeros seis meses de 2020, la mayor demanda extranjera de aceite envasado italiano provino principalmente de EEUU (+28) y Francia (+ 42%) y “tuvimos una balanza comercial positiva. Las previsiones para la campaña que acaba de empezar son de un descenso de la producción acompañado, sin embargo, de un buen nivel de calidad del producto”.

En este caso, “la menor disponibilidad de producto nacional y la contracción de existencias estimadas por la UE, podrían ayudar a una recuperación de los precios, muy penalizados para toda la campaña 2019-2020. Una revalorización de las listas de precios de nuestros aceites de oliva virgen extra también implica un mayor conocimiento y valoración por parte del consumidor italiano de nuestra herencia de aceites de calidad. Para ello, Ismea se embarca en una campaña de comunicación impulsada por el Ministerio de Políticas Agrarias y que verá en los últimos meses del año un gran despliegue de acciones y recursos para potenciar este producto Made in Italy entre el público en general", concluye Borriello.