Olimerca.- El gran mercado dorado que representa Estados Unidos y donde nuestro aceite de oliva ha alcanzado cotas históricas en los últimos años, podría no ser tan fructífero para muchas pequeñas y medianas empresas españolas que cada día se esfuerzan en colocar sus productos allí.

Según afirmó Jeffrey Shaw, Jefe de Departamento de Alimentos, Ofcomes Nueva York, del ICEX, durante el café con expertos, llevado a cabo en Alimentaria, la tarea de entrar en este “continente” no es fácil; como lo demuestra el hecho de que se necesitan del orden de 2-3 años hasta conseguir hacerse con algún pequeño hueco en los lineales. Un periodo de tiempo que en ocasiones es demasiado largo para aquellos pequeños empresarios que no cuentan con estructuras suficientemente dimensionadas para aguantar.

Según Shaw, el mercado de Estados Unidos lo componen del orden de 332 millones de habitantes con un PIB de 18 billones de dólares, y se caracteriza por ser un continente con muchas peculiaridades locales, por lo que antes de iniciar un plan de entrada a este mercado se debe de analizar cuáles son los estados que pueden ser más susceptibles para iniciar la comercialización.

Y para conocer con más detalle el gusto del consumidor y los principales distribuidores e importadores allí presente, lo más importante es que los empresarios viajen directamente a este país y visiten ferias para entrar en contacto con todos y cada uno de los eslabones de la cadena de distribución.

Un detalle importante es que los consumidores están muy motivados en el acto de compra por tres cuestiones: las saludables, las culinarias y gastronómicas; y es en este contexto donde el aceite de oliva está teniendo su gran despegue. De hecho, en el estado de Nueva York el segundo producto más importado, ha sido el aceite de oliva tras el vino y seguido de las aceitunas de mesa.

Todo ello sin olvidar que la calidad debe de primar por encima de todas las cosas y conseguir atraer la atención del consumidor con un cuidado packaging.

Y ante pluralidad de los Estados y las tendencias gastronómicas Shaw defendió que las empresas que quieran entrar en este país deben ser muy cuidadosos a la hora de elegir el importador de referencia y sobre todo el minorista con el que va a trabajar, que deberá tener al menos presencia en 2 o tres estados, dado que al final el negocio está en los mercados regionales.

En este acto Shaw estuvo acompañado por Pere Selles, importador que lleva las cuentas de 29 fabricantes españoles de productos agroalimentarios además de contar con 59 distribuidores en Estados Unidos.

Nuestra opinión
Desde nuestra visión, siempre lo hemos dicho, estamos ante “tiempos de alta velocidad para el aceite de oliva español”, y con ello para el desarrollo de los mercados exteriores, donde realmente se va a librar la batalla en las próximos diez años. Nosotros pensamos que son imprescindibles, el rigor, la constancia, los contactos fiables y los recursos suficientes para un plan a medio plazo (tres-cinco años), además de contar con un producto muy competitivo en calidad y precio, son valores imprescindibles para iniciar con ciertas posibilidades de éxito un proyecto de expansión en el exterior.