Olimerca.-  No tenemos una bola mágica con la que ver el futuro del aceite de oliva español en esta nueva campaña, pero si nos atenemos a los datos y las cifras que ya conocemos de campañas anteriores y las que se nos presentan por delante, está muy claro que el eslabón de la cadena de valor que más va a sufrir el aumento de precios y la menos disponibilidad son los exportadores de aceite de oliva a granel.

Si tomamos como referencia que en España el 60% de las exportaciones corresponden a formatos superiores a los cinco litros (en base a datos elaborados por Asoliva en los últimos 10 años) y que el sector trabaja en mercados donde los importadores pueden presionar para conseguir mejores precios, está claro que en esta nueva campaña podremos asistir a una caída del 70% de las salidas, hasta situarse en el entorno de las 230.000 toneladas.

Respecto a las exportaciones de aceite de oliva envasado estimamos que podrían situarse en el entorno de las 180/190.000 toneladas, sobre todo porque el margen comercial con el que se trabaja es más alto y permite ajustar más los precios de venta al público.

En este punto, y cuando ya están saliendo los nuevos aceites de oliva virgen, sería muy conveniente que todos los agentes del sector hicieran un ejercicio de responsabilidad para asegurar la continuidad en el desarrollo del producto envasado, tanto nacional como exterior. En la memoria de todos tendría que estar presente que el conjunto del sector ha hecho un gran  esfuerzo e inversiones en la promoción y la difusión de la cultura y el consumo de aceite de oliva en todo el mundo y cuyo estancamiento o caída sería muy difícil de recuperar.  Tenemos que seguir incidiendo en que un precio exageradamente alto destruye el consumo.

No podemos olvidar  que el valor principal de nuestro oro líquido español está en la comercialización del aceite de oliva virgen envasado, cualquier actuación que no se oriente en esta dirección contribuirá una vez más a la destrucción del valor