Olimerca.- Coincidiendo con la celebración de la Conferencia del Cambio Climático celebrada en Marrakech, el Consejo Oleícola Internacional  invitó al investigador Robert Savé, del IRTA, a participar en la COP 22. Concretamente fue en la conferencia "El houlie de olive, el oro liquido que contribuyen á la Réduction diciembre emisiones de gaz à effet de serre", a la que Robert Savé presentó la charla "The olive grove, a tool to develop Mitigation strategies to climate change ", que pone de manifiesto que los cultivos leñosos, sobre todo los de olivo, son unos grandes sumideros de carbono.

Los cultivos de olivo están muy por encima del almacenamiento de carbono de las malezas de pinos (los campos de vid almacenan el mismo orden de magnitud que las malezas) ya la vez, generan productos de calidad, que fijan población en el territorio, y por tanto cultura y, además, producen una gran cantidad de bienes ecosistémicos, ya que evitan el fuego, la erosión y controlan los flujos de agua y nutrientes. Este trabajo trata de mostrar que se puede poner el Mediterráneo al mismo nivel que otros ecosistemas (naturales o antropogénicos), aunque a otro ritmo, el del agua.

Así, siguiendo la literatura científica, por debajo de los 450 mm de lluvia no hay bosque y por tanto, los países mediterráneos y los semiáridos, no constan en las políticas de mitigación al cambio climático de las políticas REDD .

Estamos ante el gran reto de la sostenibilidad alimentaria, con las limitaciones propias del Mediterráneo, como son el suelo edáfico, el agua, la biodiversidad y la energía, por lo que la agricultura se debe tener más en cuenta, tanto por los aspectos alimentarios, como para todas las demás funciones que hace. Esta idea se bá manifestar y definíamos a la COP 21 en París y ahora se ha ratificado en la COP 22.