Olimerca.- Ismea y las principales asociaciones del sector oleícola italiano (como Cia, Confagricoltura, Coldiretti, Unaprol, Italia Olivicola, Unapol y FOOI) han elaborado un informe en el que analizan los procesos evolutivos que están marcando el sector y destaca las tendencias recientes que caracterizan el panorama productivo y comercial, profundizando el tema de la competitividad en términos de gestión empresarial eficiente y contención de costos de producción. El foco del informe es el análisis de costes realizado mediante la administración de un cuestionario a una muestra seleccionada de empresas
Según señalan, el sector del aceite de oliva italiano atraviesa, desde hace algún tiempo, dificultades estructurales y comerciales a pesar de la calidad de sus producciones y del papel asumido por Italia en el mercado internacional.
Destaca que es el segundo mayor productor y exportador, el primer importador y el primer consumidor de aceite de oliva. Sin embargo, en el plano más estrictamente comercial, Italia sufre la competencia de España sobre todo por los productos masivos, mientras logra desvincularse de la dinámica del mercado ibérico de aceite de oliva virgen extra de mayor calidad.
Ante esta situación, el informe indica que “no cabe duda de que el sector necesita un nuevo impulso que oriente aún más el centro de gravedad hacia la calidad de la producción, para mejorar la competitividad”.
En vísperas de una importante reforma de las políticas de la UE para la agricultura y más en general para el sector primario en un contexto de sostenibilidad económica, medioambiental y social, conviene examinar una serie de cuestiones pendientes que caracterizan al olivar nacional con un sólo se consolidará, pero si es posible, se incrementará.
Antes de identificar, por tanto, una estrategia que saque al sector de problemas estructurales y permita renovar la competitividad, es necesario resumir las características estructurales del sector.
Rol protagonista
Los análisis realizados en este informe destacan que Italia tiene un rol protagonista en el escenario mundial, estando en primer lugar en consumo y en importaciones, mientras que ocupa el segundo lugar en producción y exportaciones. El mantenimiento de este papel, y posiblemente fortalecerlo, requiere una gran atención a las diversas fases de la cadena de suministro que comienza del agrícola que tiene características y problemas bastante diferentes dentro de él.
Hace referencia a que en Italia hay una olivicultura más profesional, realizada de forma emprendedora y orientada al mercado, y otra más aficionada que por su naturaleza está más orientada para autoconsumo o venta directa.
Ambos modelos son de gran importancia con respecto al paisaje y medio ambiente y son característicos de muchos territorios italianos.
Asimismo, indica que la reforma de la PAC que conducirá a la modulación de la nueva programación 2023-2027 podría ser el momento ideal para poner las fortalezas y debilidades del sector en el orden correcto y, al mismo tiempo, redactar una estrategia global para el sector con miras a la sostenibilidad global: económica, ambiental y social.
Los datos analizados destacan muchas fortalezas a partir de la biodiversidad varietal, con más de 500 variedades que, combinado con las características climáticas de los diferentes territorios, ofrece una gama de perfiles aromáticos única en el panorama mundial.
Por otro lado, las debilidades del sector no deben concentrarse precisamente en la fase agrícola, particularmente fragmentada, con olivares que necesitan ser renovados y con una baja rotación generacional también por la falta de atractivo económico del sector.
El informe destaca que las futuras intervenciones en el sector también deberán cerrar la brecha en términos de inversión tanto en el campo como en infraestructuras
Cadena de suministro
Las etapas posteriores de la cadena de suministro también tienen fortalezas y debilidades que limitan la competitividad del sector. Si por un lado, efectivamente, es mayor la presencia generalizada de almazaras en las zonas adecuadas para el cultivo del olivo garantía de calidad, por otro lado, la fuerte fragmentación incluso en la primera transformación no permite alcanzar las masas críticas de producto necesarias para los embotelladores que, por su parte, están importando gran parte del producto procesado.
Sin embargo, representa una fuerza importante de la cadena de suministro gracias a un alto know-how reconocido por los consumidores mundiales. Mayor cohesión y colaboración entre los partes más puramente agrícolas e industriales podrían convertirse en una ventaja para el sector oleícola italiano, después de años de conflicto.
Costes de producción
Uno de los puntos más controvertidos y discutidos en el trabajo fue el relativo a los costes de producción italianos que, según algunos habrían dirigido de algún modo las compras de la industria embotelladora al exterior. De hecho, en el transcurso del informe se repitió en varios puntos que la necesidad de contratación en el exterior no es la única una elección, pero si una necesidad porque especialmente en los últimos años la producción italiana ni siquiera satisface demanda interna. Y si a esto se suma la demanda externa, no hay alternativa a las importaciones.
Sin embargo, el análisis de costes sigue siendo esencial para comprender la rentabilidad del sector y también para relacionar los diferentes cultivos de olivos italianos que conviven en diferentes segmentos del mercado: algunos más nicho, con calidad media-alta, y otros más orientados a productos más indiferenciados sin renunciar calidad de made in Italy.
En la encuesta sobre los costes de producción del olivar nacional realizada para elaborar el informe se destacaron diferencias sustanciales entre los niveles de rentabilidad. Los factores que tienen el mayor impacto en estas diferencias se pueden resumir de la siguiente manera:
• Ubicación geográfica y características orográficas del territorio;
• Capacidad de organización y gestión de empresas agrícolas;
• Tipo de producto comercializado.
Para consultar el informe completo PINCHE AQUÍ.