Olimerca.- Con el objetivo de lograr reducciones significativas del coste sin afectar al rendimiento de los cultivos, el grupo de investigación Optimization and Control of Distributed Systems del Departamento de Ingeniería de la Universidad Loyola junto con investigadores del Ifapa han desarrollado un controlador predictivo de riego.

Éste recoge datos de humedad del suelo, transpiración de los cultivos, dinámica del agua en el suelo y considerando costes de energía eléctrica y agua, tal y como señala el artículo científico titulado ‘Smart Farm Irrigation: Model Predictive Control for Economic Optimal Irrigation in Agriculture’ de la investigadora de la Universidad Loyola, Gabriela Cáceres, publicado en la revista Agronomy, que propone la utilización de una técnica de control avanzada llamada ‘Control Predictivo’ basado en Modelo, que con la ayuda de los sensores que recogen datos del suelo en tiempo real, se puede optimizar el riego clásico que define habitualmente un experto en el área.

El trabajo se ha desarrollado aplicando un controlador predictivo a un caso de estudio de una finca de fresas en Huelva para predecir y gestionar cuánto regar con el fin de minimizar el volumen de agua aplicada y los costes energéticos sin comprometer el rendimiento de los cultivos.

Controlador de dos capas
El controlador se compone de dos capas. La primera es de optimización en tiempo real cuya función es calcular la mejor opción de riego (tiempo y cantidad) teniendo en cuenta la transpiración del cultivo, manteniendo las humedades del suelo dentro de un rango determinado, logrando así la pérdida mínima de agua en las capas inferiores, a su vez minimizando el coste eléctrico asociado al bombeo.

La segunda capa se basa en un modelo de control predictivo que se encarga de predecir durante una ventana de tiempo la evolución de las humedades, el agua y el consumo eléctrico.

El crecimiento de la población mundial, junto con el cambio climático y la escasez de agua, ha hecho que el cambio hacia una agricultura eficiente y sostenible sea cada vez más importante. Hoy en día, la agricultura representa aproximadamente el 70% del consumo de agua a nivel mundial.

Por ello, la gestión eficiente de este recurso en el riego es una preocupación prioritaria, tanto por el agotamiento como por el uso de energía que con lleva su utilización, con la consiguiente pérdida de productividad y contaminación de los acuíferos por los fertilizantes.

En este sentido, los responsables de formular políticas ya han mostrado su preocupación y están ideando estrategias con el fin de aumentar la sostenibilidad de la producción de alimentos haciendo hincapié en la necesidad de una gestión eficiente de los recursos hídricos como la estrategia Farm to Fork o el Pacto Verde Europeo.