Olimerca.- Como consecuencia del importante incremento de las poblaciones de algodoncillo (Euphyllura olivina) en numerosas comarcas olivareras en los últimos años, por causas que aún no se conocen con certeza y que está dando lugar a daños relevantes en algunos puntos, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, ha elaborado esta guía de con información de la plaga y recomendaciones de gestión.

El algodoncillo del olivo, es un psílido que vive en olivo (Olea europea), acebuche (Olea europea var. sylvestris), labiérnago de hoja ancha (Phillyrea latifolia) y el árbol del paraíso (Elaeagnus angustifolia), entre otros. En el cultivo del olivo es una plaga secundaria que en ocasiones puede llegar a producir daños importantes en el cultivo.

El adulto es un pequeño homóptero de la familia Psyllidae de unos 2-3 mm de longitud, grueso y de color marrón-verde pálido, con las alas replegadas en tejadillo cuando está en reposo. Tienen el último par de patas muy desarrolladas, lo que le permite dar grandes saltos. Los huevos son de forma elíptica de pequeño tamaño (0,3 mm), de color blanquecino que va virando al amarillo anaranjado, y tienen un pequeño pedúnculo que le sirve para fijarse al huésped. Las ninfas son globosas, de entre 0,5 y 2 mm (según el estado ninfal), de color amarillento ocre o pálido, segregan hilos finísimos de cera blanca que recubre totalmente las colonias larvarias protegiéndolas, dándole el aspecto característico de algodón.

En España, el ciclo biológico presenta con carácter general 3 generaciones anuales. Inverna en estado adulto refugiándose en la base de ramitas, hojas y yemas. El inicio de actividad coincide con el inicio de desarrollo vegetativo del árbol. A finales del invierno, o principio de primavera, se inicia la primera generación con la puesta de huevos que dan lugar a las sucesivas fases de desarrollo, proceso que dura unos 35 días de media.

Coincidiendo con la floración tiene lugar la segunda generación, entrando los adultos de junio a septiembre en reposo estival, dando lugar a una tercera generación al inicio de otoño, cerrando el ciclo anual. En algunos puntos de Andalucía se sospecha que pueda existir una cuarta generación que incrementa las poblaciones de un año a otro, aunque esta observación debe confirmarse.

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