Olimerca.- En el año 2030, Sevilla podría ser la provincia con más días de sequía al año de toda España si la temperatura media del planeta asciende 1,5 grados. Así se desprende de un informe realizado por COAG Sevilla titulado "Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española".

Según la organización agraria, la dotación hídrica que reciben los agricultores de la provincia se ha visto reducida en un 70%, lo que deja 1.750 m3/ha para regar", toda vez que la CHG alega la necesidad de adoptar medidas de contención ante una situación de sequía extraordinaria y la necesidad de ofrecer garantías a los ciudadanos.

Asimismo, COAG ha destacado que la sequía está mermando la producción de los campos sevillanos, y entre los cultivos que sufrirían los nuevos cambios climáticos y verían mermada su producción han reseñado al olivar y el girasol entre otros, cuyos rendimientos de producción se encuentran muy por debajo de los que se obtienen en una campaña normalizada”.

Según el responsable de transformados de COAG Andalucía, Diego Bellido, "la ola de calor de mayo afectó de manera significativa a todos los cultivos que se encontraban en fase de floración o desarrollando el fruto, como el caso de la aceituna, que presenta un peso y un tamaño inferior al habitual”.

Además, “a todo esto se une otro fenómeno: el agrietado y la salinización de las tierras", al no haber agua que diluya los productos fitosanitarios empleados --muchos de ellos contienen nitrato-- impidiendo que la planta pueda absorberlos. La estampa que queda es "un suelo cultivado con manchas blancas en la superficie provocadas por el nitrato, que asfixia a la planta", según la coordinadora. Las consecuencias de la sequía son "claramente observables en los cultivos de temporada, pero no serán los únicos que se vean afectados".

"La ola de calor de mayo afectó de manera significativa a los cultivos que se encontraban en fase de floración o desarrollando el fruto, como el caso de la aceituna, que presenta un peso y un tamaño inferior al habitual”

Por si no fuera poco, ha añadido Bellido, la merma de producción provocada por la sequía "afecta también al empleo". "El paro agrícola subió en los meses de junio y julio, tanto en la agroindustria como en el campo y, si sigue sin llover, las previsiones para el otoño no son más positivas".

Por último, la organización ha concluido que "esta situación solo se podrá paliar si las precipitaciones fuesen abundantes y copiosas, para que los embalses de Regulación General y destinados al consumo humano pudiesen alcanzar cotas óptimas. De no ser así, el sector primario y los consumidores se encontrarán ante una hecatombe”.