Olimerca.- En España podemos presumir de ser el principal productor de aceite de oliva y de contar en nuestros lineales con un sinfín de marcas de AOVE. Sin embargo, existe un importante número de consumidores que cometen errores en su uso y conservación.

A continuación, abordamos los cinco más comunes, según los expertos de la firma de AOVE Palacio de los Olivos:

  • 1.- No reutilizar el AOVE para freír, por temor a que sea nocivo. Esta es una falsa creencia extendida a lo largo de la historia reciente. El aceite de oliva virgen extra resiste mejor el proceso de fritura que el aceite de oliva refinado u otros aceites vegetales, y al contener grandes cantidades de antioxidantes, según la variedad de aceituna, al freír con él los vas quemando, eliminando, y va perdiendo propiedades, hasta quemarse. Sin embargo, el aceite de oliva y otros aceites vegetales no poseen esos nutrientes, por lo que se queman antes y resisten menos veces el proceso de refrito.
Reutilizar el aceite de oliva, AOVE o refinado, no provocará combustiones de rotura de componentes grasos que provoquen combinaciones grasas nocivas para la salud
  • 2.- Comprar grandes cantidades de AOVE para ahorrar y no almacenarlo bien. Los envases de 5 litros permiten ahorrar pero están destinado para quienes consumen grandes cantidades de aceite o quiénes menos, pero lo almacenan bien. El problema surge cuando se deja abierto mucho tiempo y mal conservado, como mal cerrado, o al sol, o al lado de una fuente de calor, o cerca de algo con olor, porque pierde aroma y nutrientes, y dependiendo de la calidad del AOVE, puede oxidarse y enranciarse, sobre todo si no estaba bien filtrado. Aún rancio, nunca hará daño a la salud, solo estará malo.
  • 3.- Creer que todos los AOVE son iguales cuando no lo son. El aceite de oliva es diferente en función del tipo de aceituna del que se extrae, el clima y suelo del olivar en el que se plantaron, el cuidado y atención puestos en el olivar a lo largo del año, la salud de las aceitunas, la maduración de las mismas en la recogida, el proceso de producción seguido por el productor y la conservación del aceite en bodega.

Las cuatro variedades de aceituna más conocidas en España son Picual, Hojiblanca, Arbequina y Cornicabra. Cada aceituna aporta unas características únicas y por la forma de producirlo, puede resultar más o menos aromático, sabroso y nutritivo. Dependiendo de lo que se vaya a cocinar, se puede elegir entre múltiples AOVE. Existen AOVE de aroma y sabor más intensos y otros más suaves, y los hay más picantes y más o menos amargos. Cada AOVE aportará, por tanto, diferentes notas de aroma y sabor a cada plato.

  • 4.- Catalogar el sabor de un AOVE en función del grado de acidez que marca su etiqueta es otro error muy común, cuando la acidez que se indica en las etiquetas es el valor de un componente químico natural, que no aporta ni aroma ni sabor. Solo indica la calidad del AOVE y la salubridad de las aceitunas de las que se extrajo.

Los AOVEs de más alta calidad serán aquellos que poseen un menor grado/porcentaje de acidez, siendo 0,1 de muy alta calidad y 0,8 el máximo para los de peor calidad, dentro de ser AOVE, aunque para una mejor valoración de la calidad, a la vez hay que tener en cuenta otros parámetros físico-químicos, y es sobre el conjunto de todos ellos cuando se podría determinar realmente la calidad del AOVE.

  • 5.- Dejar la botella de AOVE abierta, por comodidad durante su uso. Esto provoca una notable pérdida aromas, y empieza a oxidarse, deteriorarse, al entrar en contacto directo con el aire. También es un error dejar la botella expuesta bajo la luz solar, o a la sombra con altas temperaturas, o cerca de fuentes de calor, o en lugares con humedad u olores. El AOVE debe almacenarse en lugares frescos y secos, sin luz, calor y olor. Se conservan mejor los AOVE en envases oscuros y opacos, y puede retener sus características organoléoticas y nutricionales todo el año, de una campaña a otra.