Raquel Mateos Briz, investigadora del CSIC.

Olimerca.- Con el objetivo de seguir explorando las cualidades saludables del aceite de orujo de oliva, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva, Oriva, han emprendido dos nuevos estudios: uno relacionado con los beneficios cardiovasculares y otro con la prevención del Alzheimer.

Así, tras el primer estudio comparativo que realizaron con aceite de girasol alto oleico, ahora ponen en marcha la investigación que lleva por título “Efecto diferencial del aceite de orujo de oliva frente a aceite de girasol mejorando marcadores cardiometabólicos. Ensayo clínico en humanos”. Esta investigación estará dirigida por Raquel Mateos Briz, científico titular del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) y su objetivo es conocer el potencial beneficioso del aceite de orujo de oliva en indicadores de salud cardiovascular y patologías asociadas como la hipertensión, la diabetes o la obesidad en comparación con el aceite de girasol.

Con este estudio, además, se plantea evaluar el impacto de los compuestos bioactivos del aceite de orujo de oliva. Los ensayos clínicos se llevarán a cabo en voluntarios sanos y en sujetos de riesgo diagnosticados de hipercolesterolemia (niveles de colesterol en sangre de 200 mg / dL). El proyecto contempla tres fases a desarrollar en tres años a fin de conseguir los siguientes objetivos anuales: primer año, efectos en perfil lipídico y tensión arterial; segundo año, efectos en inflamación y función endotelial; tercer año: efectos en diabetes, obesidad y estatus antioxidante.

Prevención del Alzhéimer
Por otro lado, el estudio “Atenuación de procesos inflamatorios asociados a la enfermedad de alzhéimer tras el consumo de Aceite de Orujo de Oliva por humanos”, dirigido por Javier Sánchez Perona, científico titular del Instituto de la Grasa (IG) continuará con la segunda etapa del estudio anterior, que ya demostró que los compuestos bioactivos del aceite de orujo de oliva pueden tener un efecto protector frente al Alzhéimer, atenuando la activación de la microglía relacionada con la neuroinflamación que presentan los enfermos con esta enfermedad. Ahora, se realizarán ensayos clínicos para demostrar si estos efectos son replicables en humanos.

Si en el estudio previo se emplearon lipoproteínas ricas en triglicéridos (TRL) artificiales, fabricadas ad-hoc en el laboratorio, a fin de poder probar el efecto de los compuestos de forma individual y conjunta, ahora se pretende consolidar los resultados empleando TRL humanas, obtenidas tras el consumo de aceite de orujo de oliva. De ser así, se revelaría que la ingesta de aceite de orujo puede prevenir la neuroinflamación provocada por la sobreactivación de la microglía, reduciendo el riesgo de desarrollo y de la progresión del alzhéimer.

Con ambos trabajos, Oriva refuerza su labor de investigación con el fin de demostrar científicamente las ventajas culinarias y saludables del aceite de orujo de oliva. En palabras de su presidente, José Luis maestro, “elegimos trabajar con el CSIC porque es el organismo de mayor nivel en nuestro país y necesitamos estudios independientes que nos proporcionen evidencias de las ventajas de nuestro producto. En un periodo muy breve de tiempo hemos tenido grandes avances con dos estudios concluidos y otros cuatro en proceso”.