Olimerca.- A finales de diciembre de 2016 se ha celebrado en la ciudad marroquí de Meknès la quinta edición del Forum Internacional de Agro-pôle Olivier, un encuentro internacional auspiciado por la organización Agro-pôle Olivier ENA Meknès. En su transcurso, los participantes han aprobado una serie de conclusiones que se han aglutinado en la ‘Declaración de Meknès en favor del Olivar’.

La declaración afirma que “el olivar debe ser reconocido como un vector de desarrollo sostenible; de lucha contra el cambio climático y fuente de energía renovable para las generaciones futuras”. Esta conclusión está apoyada por las diferentes intervenciones a lo largo del encuentro por parte de expertos españoles, italianos y griegos, que mostraron casos de éxito sobre el efecto sostenible del olivar. 

Fransisco Serafini, secretario general del Consejo Oleícola Internacional (COI), señaló que “hemos escrito mucho sobre el cambio climático y su posible impacto sobre la oleicultura, tanto en el plano de la fisiología de las plantas como en el económico. Si, como es previsible, la distribución del olivar se desplaza hacia el norte debido al calentamiento global, este fenómeno afectará tanto desde el punto de vista de la producción como social. Si no se toman medidas, las consecuencias pueden ser muy graves”.

Serafini destacó que el olivar contribuye a ralentizar la desertización y la erosión en las zonas donde está implantado y permite además mantener la población en el medio rural. El secretario general hizo hincapié en la necesidad de adoptar “prácticas agronómicas adecuadas que permitan al olivar contribuir a la reducción de los gases de efecto invernadero”, recordando que diferentes estudios científicos han demostrado los efectos positivos de la oleicultura en el incremento de la capacidad de fijación del CO2 de la atmósfera en las estructuras vegetales permanentes y en el suelo.

José Antonio La Cal Herrera, profesor de la Universidad de Jaén, habló sobre la experiencia en Andalucía de la valorización energética de los subproductos de biomasa. Por su parte, Valeriano Ruiz Hernández, director general del CTAER, mostró en su ponencia los efectos de la aceituna como ‘colectora’ de CO2 y su aportación en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. 

Finalmente, E. Lardo, del Departamento de Culturas Europeas y Mediterráneas de la Universidad Basilicata de Italia, expuso el reciclaje de aguas procedentes del tratamiento de aceitunas en la región de Basilicata, que ha demostrado que la aplicación de prácticas agrícolas sostenibles en agricultura logran resultados tangibles en términos de fertilidad de suelos y biodiversidad”.