Olimerca.- Cooperativas Agro-alimentarias de Málaga ha celebrado su asamblea general con una amplia representación de entidades asociadas, en la que se ha destacado que en 2023 han conseguido una facturación de 1.785.384.399 euros, que supone una subida del 19% respecto al año anterior.

Sin embargo, eso no ha supuesto un aumento de los beneficios, pues las cosechas han sido menores y los gastos de las explotaciones se han disparado. Ese aumento del volumen de negocio se explica, principalmente, por el alto precio que ha alcanzado el aceite de oliva, como ha expuesto el director gerente de la federación, Carlos Cinta. Durante su intervención, ha recordado que “tras la enorme sequía que hemos vivido, se han registrado cuotas de producción insignificantes, principalmente en el olivar y los productos herbáceos, con una enorme superficie de cultivo que se ha quedado sin cosechar”.

También ha aludido al “durísimo golpe que ha supuesto la aplicación de la PAC, que ha venido a disminuir nuestros ingresos en ayudas, en muchos casos en más del 30%, con un incremento importante de las obligaciones que hay que cumplir”. A pesar del nivel de facturación, el balance agrario que ha hecho el gerente es negativo, con una bajada del 7,2%, pasando de 701 millones de euros en 2022 a 651 en 2023. En esta cuenta, la agricultura es la principal “damnificada”, como ha señalado Cintas.

Actividad
Ante este contexto adverso, la federación provincial ha mantenido su nivel de actividad por encima de otros años, con más presencia en los foros y citas de interlocución con las administraciones públicas, más representatividad en las acciones formativas y un calendario de movilizaciones que ha tenido continuidad en 2024 ante la falta de respuesta a las reivindicaciones del sector, que el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Málaga, Antonio Luque, considera “una oportunidad perdida”. Así se lo ha transmitido a los asistentes a los que ha recordado que “es una pena no haber aprovechado toda esa contestación en la calle que ha tenido el campo malagueño y andaluz para reivindicar con más fuerza las infraestructuras hidráulicas que necesitamos”.

A pesar del nivel de facturación, el balance agrario que ha hecho el gerente es negativo, con una bajada del 7,2%, pasando de 701 millones de euros en 2022 a 651 en 2023

Luque ha recordado que “la situación del sector agrario es muy complicada y el mayor de sus problemas es la falta de agua”. Ese mensaje debe llegar, según ha explicado, “a todas las administraciones españolas y europeas” para actuar cuanto antes. Y a pesar del calendario de protestas y de la unidad que se ha escenificado entre agricultores y ganaderos, “no hemos logrado amarrar ningún compromiso en firme para que se ejecuten esos proyectos”.

Durante la asamblea también se ha hecho balance de un año que el presidente de la federación malagueña ha definido como “muy duro” y en el que se ha visto una importante caída de la producción agrícola y ganadera, lo que ha puesto a prueba a las cooperativas. Luque ha reconocido que el contexto económico y político no es el mejor y ha pedido apoyo para aliviar esta situación con cambios legislativos que favorezcan a estas empresas de economía social como una reformulación de la Ley de la Cadena Alimentaria, una reducción de la burocracia y una reorientación de la Política Agraria Común que ya no pone en el centro a los agricultores y ganaderos.