AOVE italiano

Olimerca.- El sector oleícola italiano teme por su futuro. Las subidas de los precios de la energía y la sequía ha conformado una ‘tormenta perfecta’ que amenaza seriamente la cesta de la compra a partir del próximo otoño, cuando se espera que las subidas del precio de la energía y las sequías pongan en grave peligro la actividad de las empresas y la rentabilidad de toda la cadena de suministro del aceite de oliva.

La Asociación Italiana de la Industria Oleícola (Assitol) ya ha pedido a las instituciones intervenciones urgentes con las que intentar dar un respiro a los profesionales del ramo: “Estamos en un momento sumamente delicado en el que las consecuencias de la energía cara y el cambio climático han ocasionado un perjuicio muy grave al sector”, lamenta la presidenta del grupo oleícola de la Asociación, Anna Cane, que solo puede confiar en que las condiciones climatológicas durante este mes de septiembre sean favorables para minimizar, en lo posible, la catástrofe.
 
Según estimaciones iniciales, se espera que la producción en Italia se sitúe en torno a las 250.000 toneladas de aceite de oliva, casi un 20% menos que la campaña anterior. Lejos de las necesidades del sector que, entre el mercado nacional y la exportación, asciende a cerca de un millón de toneladas. A la campaña de vertidos y al clima impredecible hay que sumar el ya mencionado repunte de los costes energéticos y el aumento del papel y el vidrio, imprescindibles para los envases.

Assitol pide al Gobierno que aligere los costes de productividad en el sector a través del Decreto de Ayudas bis "como hacen nuestros competidores en España"

Además, y cuando la energía se ha convertido en un costo insostenible no solo para las empresas, sino para toda la cadena de suministro, la inminente campaña petrolera que también se prevé baja, y oleicultores y almazareros se enfrentan a una electricidad cinco veces más cara.

“Nuestro sector, siempre de bajo margen, ha contenido los gastos operativos durante meses, pero las empresas ya no pueden detener la continua ola de aumentos”, expone Cane.

Así las cosas, la presidenta de Assitol advierte de que es casi imposible evitar que las subidas de precios de la energía y las materias primas se reflejen en el precio final, por lo que convendría “reposicionar los precios del aceite de oliva virgen extra y del aceite de oliva, rediseñados gracias a la estrecha colaboración con el gran comercio al por menor”.

En esta línea, Assitol pide al Gobierno que apoye al sector “a través del Decreto de Ayudas bis, aligerando la factura energética de las empresas, como ya están haciendo países de la UE como Francia y España, nuestros competidores. De esta forma, también se protege la cesta de la compra de los italianos, en su componente más saludable y tradicional. Arriesgarse a que el consumidor penalice aún más la compra de aceite de oliva supone no proteger la Dieta Mediterránea”.