Olimerca.- Italia podría pasar de ser el segundo productor mundial de aceite de oliva a la tercera posición en esta campaña, debido a la caída de su producción, que podría ser de más de 120.000 toneladas menos que en la anterior, lo que supondría un descenso del 37%.

Así se desprende de las estimaciones elaboradas por Ismea en colaboración con Italia Olivicola y Unaprol, en base a la última encuesta realizada a principios de noviembre que sitúa la producción de la campaña 2022/23 en 208.000 toneladas.

Para Puglia, que por sí sola representa el 50% de la producción nacional, Ismea estima una producción más de la mitad (-52%)

Las expectativas sobre la disponibilidad mundial también son pesimistas, con previsiones de una caída de la producción ibérica de entre el -30% y el -50%. Entre los principales países productores, se estima que solo Grecia puede superar los niveles del año pasado, alcanzando más de 300.000 toneladas, mientras que fuera de las fronteras de la UE también es probable que Túnez experimente un año de descarga, con una reducción de alrededor del 25%.

Los problemas climáticos han influido en la producción italiana, en primer lugar, la larga sequía y las altas temperaturas estivales, que dificultaban el desarrollo vegetativo de los olivares, pero también el hecho de que, en muchas zonas con mayor vocación olivarera, la recolección tan pronto como había comenzado ya debía considerarse alta siguiendo el calendario natural de alternancia. En general, sin embargo, la larga sequía ha impedido la proliferación de ataques y esto ha permitido que muchas zonas del país obtengan niveles de calidad superiores a los normales.

Por regiones
Para Puglia, que por sí sola representa el 50% de la producción nacional, Ismea estima una producción más de la mitad (-52%), en un contexto negativo también para Sicilia (-25%), Calabria (-42%) y, más en general, para todo el Sur. Por otro lado, el año es en general positivo en el centro de Italia, donde se espera un aumento de la producción en Lazio (+17 %), Toscana (+27 %) y Umbría (+27 %), frente a una disminución en Marche (- 25 %). Para las regiones del norte, después de las reducciones dramáticas del año pasado, el año de carga se ve bien, aunque no en los niveles esperados antes de la gran sequía del verano. De hecho, la recuperación de Liguria (+27%) no es suficiente para considerar este un buen año.

Con la cosecha recién comenzando en las áreas más productivas del país, la precaución es, como siempre, imprescindible ya que los rendimientos de aceite también influirán. De momento, la impresión es que la cosecha se hará con un calendario más ajustado de lo habitual para evitar mayores daños por las enfermedades que han comenzado a aparecer puntualmente con el cambio de clima y la humedad relativa.