Olimerca.- Una investigación, que se realiza actualmente en el seno de El Centro de Estudios Avanzados en Olivar y Aceites de Oliva de la UJA, está categorizando la olivicultura jiennense en seis grupos para determinar qué estrategia, basada en la potenciación de eficiencia o diferenciación, o combinación de ambas, le resulta de utilidad en su aplicación.

Se trata de un trabajo de la doctoranda Laura Moreno, codirigido por los profesores Alberto Moya y Juan Vilar, que tendrá una duración de 5 años, y cuyo objetivo fundamental será potenciar la mejora competitiva del olivar de la provincia.

Este trabajo parte de unas reflexiones iniciales: la superficie de olivar moderno en Jaén representa el 19,7% (19,1% olivar en copa y 0,6% en seto), siendo predominante el olivar tradicional, con 80,3% de superficie ocupada, es decir, 471.298 hectáreas.

Este trabajo tendrá una duración de 5 años, y su objetivo fundamental será potenciar la mejora competitiva del olivar de la provincia

De este total de hectáreas, existen 194.000 que además de disponer de agua, ostentan una pendiente inferior al 20%, es decir, serían susceptibles de transformación o modernización, lo cual potenciaría la eficiencia de las mismas, y por ende la competitividad y renta neta.

Dicho de otro modo, más del 41% del total de la superficie de olivar que cubre la provincia de Jaén resultaría modernizable, en función de las circunstancias orográficas, disponibilidad de agua, y disposición del terreno, el único hándicap sería el tamaño de la explotación media, pues de la superficie descrita, tan solo 52.000 hectáreas estarían compuestas por explotaciones cuya superficie es igual o superior a 10 hectáreas, por lo tanto, la estrategia de modernización en parte, debería de ir acompañada de estrategias de cultivo compartido, cultivo asistido, cooperación en la explotación o concentración parcelaria.

Dentro de este paquete de estrategias de modernización, y diferenciación, con la simple transformación de estas 52.000 hectáreas iniciales, de las 194.000 potencialmente viables para ello, la renta neta de la provincia se incrementaría en unos 200 millones de euros por campaña, generando empleo estable y directo para más de 15.000 personas, e indirecto para otras 5.000, con lo que ello, junto con otras acciones recogidas en el citado estudio en curso, supondría para la fijación de población rural.