Olimerca.- El olivar andaluz se encuentra actualmente en estado fenológico dominante “H” (Endurecimiento de hueso) y como más avanzado el estado “I1” (Envero, amarilleo) en áreas más adelantadas de las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla.

Según recuerda la Red de Alerta e Información Fitosanitaria, RAIF, en estas fechas se inician muestreos puntuales de la generación carpófaga de la polilla del olivo (Prays oleae), la cual afecta al fruto cuando los adultos de la anterior generación (antófaga) depositan las puestas en su unión con el pedúnculo.

La larva penetra hacia el interior del hueso de la aceituna alimentándose todo el verano de la semilla, en este proceso se produce una primera caída de frutos relativamente difícil de cuantificar, provocada por el propio árbol y engordando sus frutos restantes.

Las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla han registrado unos valores medios provinciales de 0.70, 0.40 y 0.40% de aceitunas con prays vivo, respectivamente.

Una vez alcanza su máximo desarrollo larvario, realiza una galería hacia el exterior que coincide con la inserción del pedúnculo con el fruto provocando la caída de la aceituna para poder crisalidar en el suelo. Suele producirse a lo largo del mes de septiembre, siendo más acusada en la segunda mitad de dicho mes y se conoce coloquialmente como caída de San Miguel.

La biología de este agente está muy unida a la meteorología de la zona y fenología del cultivo, cualquier cambio de estos dos factores influye en su incidencia sobre el olivar, con valores inferiores al 60% de humedad relativa los huevos se desecan en pocas horas y  altas temperaturas durante los meses de verano producen una gran mortandad de las larvas alojadas en el interior de los frutos.

En la presente campaña y a lo largo del mes de agosto, se han realizado observaciones para comprobar la incidencia de las larvas de esta generación sobre el cultivo. Como resultado de estas, han destacado las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla registrando unos valores medios provinciales de 0.70, 0.40 y 0.40% de aceitunas con prays vivo, respectivamente.

De este modo, desde la RAIF se recomienda la realización de un control fitosanitario para paliar la incidencia de esta generación carpófaga, cuando se registre un valor superior al 20% de aceitunas con prays vivo y un 20% de huevos eclosionados. Estos controles se suelen realizar entre finales de mayo y el mes de junio, dependiendo de áreas de cultivo y de la meteorología de cada año.