Olimerca.- Su ubicación geográfica, las horas de luz que posee, el clima, el tipo de suelo y el agua son algunos de los aspectos que hacen que la producción de aceite de oliva en el archipiélago canario no siga el ritmo que tiene el resto de España.

En los últimos años, la plantación de olivos en las islas ha pasado de 103 hectáreas a 336. Así lo refleja Juan Vilar en su última newsletter, destacando que, con 11 almazaras, Tenerife es la tercera del archipiélago en producción de aceite, por detrás de Gran Canaria y Fuerteventura. Sólo en Tenerife hay 75 hectáreas dedicadas a este cultivo.

Como curiosidad, en Fuerteventura los inicios del olivar no fueron para producir aceite de oliva, sino como zoco natural. Actualmente su producción no es capaz de abastecer un mercado donde la demanda supera la oferta.
Una de las ventajas con las que cuenta la isla en comparación con otras zonas olivareras, destaca Vilar, es que los olivos comienzan a dar sus frutos a los dos años, ya que, por el clima, el árbol se desarrolla durante todo el año, a diferencia de otros climas, donde existe un parón vegetativo de octubre a febrero.

Esta virtud permite que el olivar del archipiélago dé sus frutos seis meses antes que el peninsular. En agosto ya están cosechando, lo que lo convierte en el primero de España.