Riego en olivar

Olimerca.-  Tras un verano de auténtica locura informativa en el que el aceite de oliva se convirtió en el gran protagonista de los medios de comunicación, ante la escalada de precios experimentada en los meses de julio y agosto, llegamos a la recta final de la campaña 2022/23 y el sector se vuelve a enfrentar a la gran incertidumbre de la nueva cosecha que se iniciará en breve y los más importante la gestión de los precios.

Y es en este contexto de precios y consumo en el que Antonio Luque, presidente del Grupo Dcoop, el que ha dado la voz de alarma por lo que se avecina en el mercado del aceite de oliva y que puede suponer una auténtica hecatombe para el conjunto del sector.

Coincidiendo con su presentación en la jornada de GEA el pasado 14 de septiembre en Úbeda (Jaén) Luque no dudó en afirmar que si los precios no hubieran subido lo que han subido el mundo se habría quedado sin aceite de oliva el pasado mes de junio. Si el consumo hubiera caído más de lo que ha bajado es muy probable que los precios no hubieran subido a los niveles actuales.

Para Luque, de alguna manera se pone de manifiesto que el consumo ha aguantado la tendencia alcista de los precios gracias a que el consumidor valoriza nuestro producto.

Pero a continuación Antonio Luque ha puesto el dedo en la llaga al afirmar que su máxima preocupación es cuando nos enfrentemos a cosechas superiores al 1,5 millón de toneladas y el consumo esté sin recuperarse. Será entonces cuando se puede producir una auténtica debacle de los precios, y cuando el propio sector empezará a buscar los culpables.

Así, Luque hizo una llamada de atención al conjunto de operadores para iniciar la puesta en marcha de nuevos planteamientos que nos ayuden a superar esa potencial situación que está por llegar, con un mercado perdido, tanto en el exterior como en el interior.

Por último el presidente de Dcoop cerró su intervención afirmando que todos los problemas que tiene el olivar y el aceite de oliva se podrían atajar disponiendo de una buena gestión del agua para el riego. Así, criticó como en España no contamos con embalses de agua del modelo de Alqueva en Portugal, que permite al olivar vecino contar con agua suficiente para gestionar las explotaciones y garantizar producciones de aceite de oliva estables.