Consejo Rector de las cooperativas andaluzas.

Olimerca.- El Consejo Rector de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía acaba de manifestar la indefensión de sus entidades asociadas a la hora de aplicar la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, que obliga a vender siempre por encima de costes de producción, ajena a la realidad del sector agroalimentario en su conjunto, en el contexto de un mercado globalizado, bajista y donde impera la competencia desleal. 

Consideran que hay realidades que el Ministerio de Agricultura ha obviado a la hora de configurar esta reforma bienintencionada, pero imposible de llevar a la práctica sin provocar perjuicios mayores al sector agroalimentario español.

En este encuentro celebrado ayer, 28 de mayo, las cooperativas agroalimentarias reivindican su actividad en un mercado globalizado con directrices marcadas por Europa y la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde se permiten las importaciones de terceros países, con menores costes de producción y precios de venta más competitivos, como consecuencia del empleo de mano de obra mucho más barata y exigencias medioambientales y de calidad considerablemente más laxas que las de Europa.

Ponen como ejemplo que si el coste de producción de un kilo de aceite de oliva, según el COI, varía entre los 2,05 euros en plantaciones superintensivas y los 3,45 en sistemas tradicionales de alta pendiente de secano, y, además, un kilo de aceite de Túnez vale 1,50, ¿qué puede suponer la aplicación de la Ley de la Cadena en un mercado de volúmenes y claramente excedentario y bajista como el actual? ¿Poner más trabas a la compra de aceite español y marginar al menos rentable?, se preguntan.

En segundo lugar, consideran imprescindible tener en cuenta que las producciones de terceros países no solo llegan a España sino también a cualquier otro punto del planeta, por lo que aplicar la Ley de la Cadena Alimentaria supone de facto la salida de las producciones españolas de muchos de esos mercados, en los que no podrán competir por precio. El sector agroalimentario español es eminentemente exportador, siendo en la actualidad la cuarta potencia europea en ventas exteriores y la octava del mundo, “por lo que el descalabro puede ser mayúsculo”, aseguran.

Por ello, las cooperativas como el resto de las empresas, tienen que operar con inteligencia en los distintos mercados, para que sus resultados globales sean positivos, lo que les lleva a vender a diferentes valores, según los destinos. Además, las realidades de los cientos e incluso miles de socios que tienen algunas cooperativas son completamente dispares; unos socios pueden tener plantaciones tradicionales y poco competitivas, mientras otros pueden disponer de explotaciones tecnificadas y muy eficientes, lo que hace que los costes de producción en unos casos y otros sean radicalmente distintos, a lo que hay que añadir la diferenciación por calidades.

Para Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía “obligar a vender por encima de costes de producción no es la solución a los problemas de rentabilidad del campo español y conlleva más perjuicios que beneficios, como pueden ser el fin de las explotaciones menos rentables o el remplazo de los productos españoles por otros más competitivos en los mercados interiores y exteriores, como ocurre en España con el tomate marroquí o se está sufriendo en Estados Unidos a causa de los aranceles”.

Medidas que sí funcionarían
Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía considera esta ley “un error mayúsculo” en los términos que se ha planteado, "al mostrar un desconocimiento total del funcionamiento de los mercados" e insta al Ministerio de Agricultura a rediseñarla y trabajar en otras medidas que sí repercutan en la subida de precios, como pueden ser:

  • Control de fronteras
  • Persecución del fraude en el etiquetado
  • Adecuación de la oferta a la demanda
  • Mecanismos ágiles de almacenamiento y retirada
  • Reestructuración de explotaciones
  • Reconversión varietal
  • Infraestructuras y eficiencia hídrica
  • Fortalecimiento de las estructuras cooperativas
  • Campañas de promoción
  • Impulso a la exportación y ayudas a la internacionalización
  • Gestiones diplomáticas que devuelvan al sector el mercado americano y el ruso
  • Apertura de nuevos destinos, etc.