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Olimerca.- El consumo de aceite de oliva en los principales países productores (España, Italia, Grecia) muestra signos de caía, debido a los cambios en los estilos de vida y sobre todo al aumento de precio en los últimos años, provocado por la menor cosecha.

Así, lo estiman los técnicos de la Comisión Europea que en un informe apuntan que para 2030, se espera que el consumo en estos países disminuya aún más hasta un 5% (en comparación con el promedio de 2015-2017) situando su consumo en tan sólo 9.2 kg per cápita. Por el contrario, el consumo en el resto de los países del entorno comunitario debería seguir aumentando, aunque se mantenga en un nivel bajo (1,5 kg per cápita).

Se espera que para 2030, un tercio del consumo de la UE se encuentre fuera de los principales Estados miembros productores (en comparación con el 23% en 2015-2017). Los principales impulsores de este comportamiento sean las campañas de concientización dirigidas a grupos específicos de consumidores (por ejemplo, generaciones jóvenes, deportistas, etc.), una mayor incorporación de la dieta mediterránea y la incorporación del aceite de oliva a los estilos de vida modernos (por ejemplo, servicios de alimentos).

Por otra parte, las crecientes exportaciones fortalecen la posición comercial neta de la UE. La demanda mundial de aceite de oliva de la UE está en constante crecimiento, especialmente en los mercados asiáticos. Gracias a la creciente capacidad de producción y procesamiento, las exportaciones de la UE deberían expandirse aún más (+3.3% por año para 2030).

Las importaciones en años de baja cosecha continuarán compensando parcialmente las pérdidas de producción. Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones debería ayudar a fortalecer la posición de exportación neta de la UE (cerca de 780 000 t en 2030).