Tasmania posee alrededor de un centenar de hectáreas de olivar.

Olimerca.- Olivicultura emotiva es un término recientemente acuñado que hace referencia a la agricultura que apela a los sentimientos de los países de origen o a las lazos y arraigos culturales, no resultando una actividad económica obligada, sino una especia de afición de origen entrañable.

Y es este tipo de olivicultura la que practican en Tasmania, tal y como cuenta Juan Vilar en su último newsleter. Esta isla australiana posee alrededor de un centenar de hectáreas de olivar de un pie, con un marqueo de 8 x 5, de las que 60 productores extraen cada año unos 24.000 litros de aceite de oliva.

Las variedades proceden de Italia y gracias a la visa del mar que suaviza las temperaturas, estos olivares no precisan de riego. Según Vilar, cada productor posee entre 1 y 3 explotaciones que en muy pocas ocasiones supera la hectárea.

La familia italiana de los Minnucci, y concretamente a Attilio Minnucci, es el responsable de la llegada del olivar a esta isla. Es en el año 1985 cuando decide hacerse con unas hectáreas de tierra en el Valle de Huoron para plantar olivos. Attilio, no solo introdujo el olivar en Tasmania, sino que lo propagó, promocionando su producción como fiel amante de este cultivo y de su aceite. Ello le ha hecho ser considerado el padre de olivicultura en Tasmania.