Responsables del proyecto.

Olimerca.- Buscar un nuevo uso para el hueso de aceituna que aportase más riqueza que la que se obtiene al quemarlo como biomasa. Esta fue la idea con la que, en 2013, Francisco Arjona, arquitecto técnico, gran conocedor de la producción oleícola, y su amigo Juan Cabello, carpintero, iniciaron el proyecto que es ya una realidad.

Con su trabajo y dedicación han conseguido utilizarlo en la fabricación de recubrimientos originales y sostenibles para muebles de cocina, baño y otros tipos, puertas, revestimientos de paramentos y más, bajo la marca Paninos. Y con ello han creado más oportunidades en el entorno rural andaluz en el que trabajan, en concreto en Benamejí (Córdoba).

Producir un revestimiento con huesos de aceitunas no ha sido fácil ni asunto de un día, explica Arjona, “comenzamos a hacer pruebas adhiriendo hueso a madera. El día que apareció algo similar a lo que tenemos hoy, percibimos que el hueso era muy plástico y adquiría una apariencia muy diferente a los materiales existentes en decoración y contaba con un gran potencial estético; fue entonces cuando pensé que estábamos ante un nuevo acabado, con múltiples posibilidades en cuanto a texturas y diseños, y además es renovable, sostenible y de gran durabilidad”.

Asimismo, añade que “se puede generar más riqueza del olivar, no todo está inventado y esta patente europea es un ejemplo de ello, ahora corresponde empezar a producir, siendo posible contar con más empresarios dispuestos a participar en su desarrollo”.

Sus responsables lo presentarán en París en la feria “Maison & Objet” en enero próximo, con stand propio en espacio del ICEX, dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.