Olimerca.- La ingesta prolongada de aceite de oliva virgen extra aumenta la esperanza de vida frente a la ingesta de aceite de girasol. Así lo han demostrado científicos de la Universidad de Granada tras realizar un estudio en ratas.

Este estudio señala que, a pesar de que la mejor esperanza de vida observada tras la ingesta de aceite de girasol no se debe a la aparición de cáncer, enfermedades cardiovasculares o de tipo infeccioso, parece que el aceite de girasol sí acelera la aparición de esas patologías, haciendo que los animales alimentados con esta grasa mueran antes, aunque de las mismas enfermedades que el resto.

En este estudio, según explica el profesor José L. Quiles, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y responsable de la investigación, los autores alimentaron durante toda su vida a ratas con diferentes fuentes grasas (aceite de oliva virgen, aceite de girasol o aceite de pescado), tratando de averiguar los efectos sobre la salud y la longevidad de dietas con contenido mayoritario en ácidos grasos de tipo w9 (omega 9), como los que aporta de forma mayoritaria el aceite de oliva virgen, frente a los ácidos grasos w6 (omega 6), presentes de forma principal en el aceite de girasol, y los ácidos grasos w3 (omega 3), mayoritariamente localizados en el aceite de pescado.

El aceite de pescado empleado en este estudio no es de uso culinario habitual; la fuente normal de ácidos grasos omega 3 es la grasa que aporta el pescado consumido en la dieta o los suplementosw3. En este estudio se ha empleado aceite de pescado como modelo para comparar frente a los otros dos tipos de aceite, que sí son de uso culinario habitual.

En cuanto a los hallazgos observados en el estudio de las causas de muerte, se constató que en todos los casos los animales morían al llegar a una edad avanzada, fundamentalmente de cáncer (aproximadamente el 50% de las muertes). También fueron importantes las muertes debidas a patologías cardiovasculares (entre el 20 y el 30% de las muertes) así como las que tuvieron una causa infecciosa o inflamatoria (12-20% de las muertes).

No hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la mayor o menor frecuencia de aparición de un tipo determinado de causa de muerte.

En palabras de César Luis Ramírez-Tortosa, responsable del equipo de patólogos del estudio, “estos resultados parecen indicar que la menor vida media y supervivencia asociada a la ingesta de aceite de girasol no se debería a que esta grasa potencia la aparición de un mayor porcentaje de muertes debidas a una causa de muerte concreta, sino que más bien podría deberse a que dichas enfermedades estarían apareciendo antes en el tiempo”.

Coenzima Q10

En una segunda parte del estudio, los investigadores utilizaron las mismas grasas antes descritas pero suplementadas con coenzima Q10 (CoQ10), un antioxidante que se ha mostrado de utilidad ante algunas patologías asociadas al envejecimiento. La adición de CoQ10al aceite de girasol hizo que mejorase la supervivencia de las ratas, igualando los resultados con los hallados en los animales alimentados con los aceites de oliva virgen o pescado.

Por otro lado, el CoQ10 no tuvo ningún efecto adicional al ser añadido al aceite de oliva virgen o al aceite de pescado. Estos resultados podrían indicar, en palabras de Alfonso Varela, coautor del estudio, que “el uso de suplementos a base de antioxidantes debería quedar restringido a situaciones especiales, como las relacionadas con una dieta deficiente o en situaciones patológicas concretas, mientras que su uso en individuos sanos bien alimentados no aportaría ningún beneficio adicional, en el mejor de los casos”.

Con este estudio se cierra un ciclo experimental que se inició hace 25 años bajo la dirección del profesor José Mataix, del cual hace unos meses se han cumplido 10 años de su fallecimiento.

En palabras del profesor Quiles “pensamos que más allá de los homenajes, no hay mayor reconocimiento a la figura del profesor Mataix que perpetuar su memoria continuando su labor científica en una línea de investigación como la del aceite de oliva a la que tantos años, esfuerzo y cariño dedicó”.

El estudio, que está liderado por investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos “José Mataix Verdú”, ubicado en el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, en colaboración con especialistas en Anatomía Patológica del Hospital Universitario San Cecilio de Granada y del Complejo Hospitalario de Jaén, así como con el grupo del profesor Maurizio Battino, de la Università Polictecnica delle Marche en Ancona, Italia, y Visiting Scholar en la Universidad de Granada, ha sido publicado en la prestigiosa revista The Journals of Gerontology, Series A: Biological Sciences, la revista dedicada al estudio del envejecimiento más veterana de Estados Unidos, fundada en 1946.