Olimerca.- Cooperativas Agro-alimentarias de España ha analizado el sistema de etiquetado nutricional frontal NutriScore, y afirman que “nos preocupa que se imponga este modelo como referencia sin la certeza de que, en un corto espacio de tiempo -finales de 2022-, será el modelo armonizado y obligatorio europeo elegido. Esta circunstancia podría provocar el efecto contrario en el consumidor, restándole credibilidad y echando a perder esfuerzos hacia su, tan necesaria, formación e información”.

Principios del sistema de etiquetado nutricional frontal

  • Ser armonizado y aplicarse en toda la UE. Según Cooperativas, en este caso, “la falta de armonización puede ser una señal clara de debilidad de los sistemas de etiquetado frontal” y por ello consideran que “debe actuarse con prudencia y esperar a que se produzcan avances a nivel comunitario”.
  • No ser discriminatorio. “Respaldamos un etiquetado frontal que no estigmatice productos específicos que, en muchos casos, por tratarse de productos primarios o con un mínimo procesado y, contrariamente a los productos ultraprocesados, no pueden ser reformulados. Por otra parte, el que un producto sea equilibrado nutricionalmente, no tiene porqué depender de que tenga un origen animal o vegetal”.
  • Estar avalado por una base científica. Afirman que “el papel que podrían desempeñar instituciones científicas, como la EFSA, en el ámbito de la nutrición podría ser de suma importancia para proporcionar opiniones sólidas, independientes y de confianza para desarrollar las directrices de los esquemas de etiquetado frontal como NutriScore.
  • Estar basado en directrices dietéticas. En opinión de Cooperativas, “sólo se debería permitir que se otorgue una valoración positiva a aquellos alimentos y bebidas cubiertos por directrices dietéticas científicamente fundamentadas”.
  • Estar fundamentado en una evaluación completa de los alimentos. “A la hora de establecer una etiqueta nutricional, debería realizarse una evaluación completa del alimento, sin basarse exclusivamente en determinados nutrientes”.
  • Estar basado en porciones. “Cualquier sistema de etiquetado frontal debería abordar la porción recomendada por las directrices dietéticas para cada categoría de productos y de forma armonizada en toda la Unión Europea, e indicar claramente que la etiqueta se refiere a una cantidad específica del producto (por ejemplo, X gramos)”, afirman desde la asociación.
  • Valorar su voluntariedad. Se debería evaluar la voluntariedad u obligatoriedad de la aplicación de estos esquemas. 
  • Ir acompañado de educación y formación de los consumidores. 

En cuanto a cómo afecta este tipo de etiquetado a productos como el aceite de oliva, Cooperativas indica que este tipo de etiquetado debería destacar los beneficios de su contenido en grasas monoinsaturadas y de los micronutrientes que aporta, como son los polifenoles y la vitamina E, y la aceituna de mesa.