Olimerca.- Tras estudiar los efectos de las altas temperaturas en los olivos, investigadores israelís han llegado a la conclusión de que el calor intenso reduce la cantidad y calidad del aceite de oliva.
Para llegar a esta conclusión, según publica Olive Oil Times, analizaron el comportamiento de los olivos en climas cálidos. Concretamente, utilizaron árboles de cinco años de edad y cinco variedades de aceituna (Barnea, Coratina, Suri, Picholine y Koroneiki) que plantaron en dos lugares distintos: uno con veranos muy calurosos y temperaturas a menudo superiores a 40ºC y otro con veranos relativamente suaves y temperaturas alrededor de 30°C.

Según señala la publicación, las ubicaciones se seleccionaron específicamente para que los árboles experimentaran temperaturas más allá de las fluctuaciones que ocurren naturalmente en sus territorios de producción habitual.

La investigación se prolongó durante dos campañas durante las cuales los árboles obtuvieron riego. Cada mes, se tomaron muestras que fueron sometidas a análisis histológicos y fisiológicos y a una evaluación de acumulación de aceite. Al final de cada temporada, se cosechó y procesó un cierto número de aceitunas de las cinco variedades utilizando un sistema centrífugo a escala de laboratorio.

Resultados
Los resultados mostraron que las temperaturas superiores a las habituales afectaron el crecimiento y el peso del fruto, la acumulación de aceite y la composición del mismo. Se descubrió que los efectos dependían del genotipo y cada variedad mostraba diferentes respuestas a períodos de calor intenso.
A altas temperaturas, los árboles de las variedades Barnea y Koroneiki retrasaron el desarrollo de los frutos del olivo hasta que llegaron las temperaturas más suaves, mientras que el peso del fruto se redujo en todas las ellas, excepto Barnea.

Según el estudio, la calidad del aceite de oliva se deterioró en las cinco variedades estudiadas en el lugar de más alta temperatura

En términos de cantidad de aceite de oliva, Barnea mostró estabilidad frente a altas temperaturas ambientales con un peso del fruto y un contenido de aceite de oliva casi idéntico en las muestras tomadas de ambos lugares. Koroneiki y Suri se vieron afectadas por temperaturas más cálidas con la disminución del peso del fruto y la acumulación de aceite de oliva en los árboles en el lugar de más alta temperatura, en comparación con los árboles que se encontraban en lugares de temperaturas moderadas.

Por otro lado, la calidad del aceite de oliva se deterioró en las cinco variedades estudiadas en el lugar de más alta temperatura. El contenido de ácido oleico y polifenoles en las aceitunas recogidas en la ubicación de altas temperaturas fue inferior al de las muestras del lugar de temperaturas moderadas.

Como conclusión, destaca la publicación que la variedad Koroneiki parece ser la más susceptible a ambientes cálidos en todos los parámetros analizados. Coratina y Picholine también se vieron afectadas, pero lograron retener la cantidad de aceite cuando se expusieron a temperaturas más cálidas, mientras que el aceite de oliva producido a partir de la variedad Souri retuvo en cierta medida sus características organolépticas. Asimismo, Barnea mostró cierta pérdida en la calidad del aceite de oliva, pero retuvo la concentración de aceite y el peso de los frutos de oliva bajo calor.