Olimerca.- Un equipo de investigación de la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) puede tener la solución para controlar la expansión de la Xylella. A partir de una técnica molecular aplicada al contenido gástrico de artrópodos han sido capaces de detectar cuáles pueden ser potenciales depredadores del insecto vector que transmite la bacteria.

El control de las poblaciones de insectos, hasta ahora, se ha basado en tratamientos con productos químicos, principalmente, algo que tiene efectos indeseados para la fauna beneficiosa del olivar, el medio ambiente e incluso la salud humana.

Pero tras esta investigación se ha llegado a la conclusión que es posible reducir estos productos químicos mediante el control biológico a través de potenciales depredadores presentes en los agro-ecosistemas. El primer paso es conocer los enemigos naturales, es decir, qué artrópodos se alimentan del vector de Xylella fastidiosa, explica Beatriz Matallanas, investigadora del departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la UCM.

La investigación, publicada en Sustainability, permite abordar el problema de la detección específica del ADN de P. spumarius en el tracto digestivo de otros artrópodos. De esta manera se pueden identificar de forma fiable los potenciales depredadores de esta especie, algo prácticamente imposible de determinar con la simple observación del contenido gástrico.

Mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es posible detectar cantidades ínfimas del ADN del vector. “Esta técnica es fiable incluso en situaciones en las que esperamos que el ADN esté muy degradado, como esta, debido al proceso digestivo”, añade la investigadora Carmen Callejas.

Prueba en condiciones reales

Una vez diseñada la técnica molecular, se probó su eficacia en condiciones reales. Para ello, las investigadoras de la UCM muestrearon más de 60 arañas, potenciales predadores abundantes durante la primavera, en olivares del suroeste de Madrid, cerca de Villarejo de Salvanés, donde se produjo un brote de X. fastidiosa. Los resultados mostraron que el 6,34% de las arañas se habían alimentado de P. spumarius, una muestra “destacable teniendo en cuenta que la abundancia de ejemplares adultos del vector era baja dadas las condiciones climáticas de la primavera de este año 2018”.

Entre las ventajas del método desarrollado destacan la fiabilidad y la rapidez, esenciales en las acciones rápidas de gestión en las zonas de cuarentena. Tradicionalmente, la identificación del vector P. spumarius se ha basado en las características morfológicas de los ejemplares adultos, pero en los estadios tempranos estas características no permiten distinguirlos fácilmente de otras especies estrechamente emparentadas. “Los resultados obtenidos con esta técnica permiten identificar inequívocamente P. spumarius también en los estadios inmaduros, distinguiéndolo rápidamente de otros géneros cercanos”, apunta Esther Lantero.