Antonio de Mora, Rodrigo Sánchez y Carlos Camacho.

Olimerca.- El presidente y secretario general de Asemesa, Carlos Camacho, y Antonio de Mora, respectivamente, se han reunido con el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, para volver a abordar los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump a la aceituna negra de mesa, de la que Andalucía produce en torno al 80% de toda España. Todos ellos han coincido en la necesidad de reclamar una "acción diplomática contundente al más alto nivel" para defender la aceituna de mesa ante la política proteccionista de Estados Unidos.

"Es el momento de que tanto el Gobierno de España como la Unión Europea intensifiquen la presión para conseguir la suspensión de los aranceles estadounidenses a la importación de aceituna negra de mesa andaluza, una medida que finalmente no se va a aplicar al acero y al aluminio procedente de la UE", ha resaltado el consejero.

El pasado mes de enero el Gobierno de EEUU impuso nuevas tasas (del 17,13%) a tres empresas andaluzas que exportan aceituna de mesa negra a este país, a las que dos compañías norteamericanas acusan de dumping (cuando un productor vende en un país por debajo del precio al que lo hace en su mercado nacional). Estas medidas antidumping afectan no sólo a las tres demandadas (Aceitunas Guadalquivir, Agro Sevilla y Ángel Camacho), sino que son de aplicación a todo el sector y se suman a otras antisubvención (del 4,47%) vigentes desde el mes de noviembre. La suma de ambos aranceles encarece la exportación a EEUU de tal manera que, si se aplican de manera definitiva (el proceso sigue abierto y por lo tanto son provisionales), en la práctica puede suponer la expulsión de este mercado de los productores andaluces.

Según el consejero, "con estas cargas nos enfrentamos a la expulsión de nuestras empresas del mercado norteamericano" mientras se resuelve un procedimiento que, según las estimaciones, no acabará antes del mes de julio. Por ello, exigimos al Gobierno central que intensifique su presión diplomática en las más altas esferas, ya que "tenemos que conseguir el mismo trato que el acero y el aluminio por parte del Gobierno norteamericano".