Olimerca.- Para analizar cuánto carbono se puede fijar en los diferentes cultivos y estructuras leñosas y desarrollar una Guía de Buenas Prácticas que permitan al agricultor contribuir a luchar contra el Cambio Climático, mejorando además la fertilidad de sus suelos, se creó hace dos años el Grupo Operativo Carbocert, que ha desarrollado el proyecto “Cuantificación y certificación de carbono orgánico en suelos agrícolas mediterráneos”.

Este Grupo Operativo está liderado por la Asociación Española de Normalización (UNE) y en él se integran entidades de certificación, centros de investigación y organizaciones agrarias como AENOR, Asaja (Asociación Agraria Jóvenes Agricultores), el IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries), el Ifapa (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera) y la AEACSV (Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos).

En estos dos años de trabajo ha conseguido establecer metodologías que permiten contabilizar el aumento de carbono en suelos agrícolas y en estructuras leñosas como consecuencia de la aplicación de prácticas agronómicas sostenibles.

Los estudios realizados muestran que los suelos agrícolas y los cultivos que en ellos se encuentran, tienen una función muy importante en el secuestro del carbono y que los agricultores pueden obtener un doble beneficio si aplican las prácticas agronómicas recomendadas por Carbocert para cada cultivo: por un lado, la reducción de carbono de la atmósfera y, por otro, el aumento la materia orgánica de los suelos, lo que repercutirá de forma directa en la productividad y sostenibilidad de los suelos y en la mejora de sus cultivos.

En el estudio se ha cuantificado que el olivar se puede llegar a capturar unas 2,8 toneladas de CO2 /ha-año, por lo que en España con 2,6 millones de hectáreas de olivar podríamos capturar 7,3 millones toneladas de CO2 al año.