Olimerca.- Investigadores del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) han identificado 13 nuevas variedades locales de olivo en el Pallars Jussà, una comarca de la provincia de Lleida.  Ha sido en una prospección llevada a cabo en la región durante la campaña de producción de aceite 2020/21, a través de un estudio encargado por el Ayuntamiento de Tremp en colaboración con diversas entidades del territorio en el marco del programa “Al teu gust, aliments del Pallars” (A tu gusto, alimentos del Pallars).

Este programa tiene como objetivos promover y valorizar el cultivo del olivo y el aceite de oliva en el Pallars Jussà consiguiendo un aceite de máxima calidad y unas características diferenciadoras, que preserve el patrimonio y la tradición. 

Las nuevas variedades se incorporarán al Banco de germoplasma de variedades catalanas del olivo, un reservorio del material genético de los olivares catalanes gestionado por el IRTA desde 1987.

Características
Según los investigadores, las nuevas variedades que se han identificado “tienen, en general, una proporción muy alta de ácido oleico y una gran cantidad de polifenoles, que les confieren un sabor amargo y un picante prominente, equilibrado y rico aromáticamente”. Unas cualidades que los hacen “muy interesantes desde el punto de vista organoléptico y de la salud”, afirma Antonia Ninot, investigadora del programa de Fruticultura del IRTA.

Las 13 variedades identificadas se añaden a las 15 que se identificaron en la primera prospección que se hizo en la comarca en la campaña 2015/16, de las cuales 11 no habían sido identificadas hasta entonces. 
Desde el punto de vista cualitativo, de la primera prospección destaca la variedad bautizada con el nombre de “Cua de cirera”, con unas características propias de aceites para mercados de alta gama. A raíz de aquella prospección se creó una plantación experimental con las variedades identificadas en Salàs de Tremp.

El banco de ADN de los olivares catalanes
El material genético de las nuevas variedades identificadas se incorporará en forma de clones en el Banco de germoplasma de variedades catalanas de olivo, ubicado en el centro IRTA de Mas Bové (Constantí, Tarragona). Creado en 1987, realiza la tarea de protección y conservación de la diversidad genética del olivar catalán. Actualmente, guarda el material genético de 65 variedades autóctonas catalanas.

La diversidad biológica del olivo en Cataluña presenta, en general, una tendencia desfavorable. Las principales causas de esta erosión genética son el abandono de la actividad agraria ecológicamente sostenible debido a la poca rentabilidad de las explotaciones y la intensificación de las prácticas agrarias, así como la adopción de pocas variedades de olivo en el sistema de alta densidad para obtener más productividad y rentabilidad. 

Esto representa un alto riesgo para la biodiversidad y, desde el punto de vista comercial, la uniformización de la oferta de aceites. La desaparición de estos recursos genéticos no sólo supondría una pérdida del valioso legado de biodiversidad de las generaciones anteriores, sino también la disminución de la reserva estratégica para el cultivo futuro.

El estudio de las variedades autóctonas puede ser de gran interés en situaciones de cambio climático, ya sea para identificar genes de resistencia a plagas emergentes, para identificar genes de adaptación a condiciones de sequía o de otras variaciones climáticas, o para identificar compuestos funcionales de interés. La actividad se basa en reunir en un banco de germoplasma las variedades identificadas en el territorio para ser evaluadas y caracterizadas posteriormente.