Olimerca.- Gracias a su composición química (por su presencia de antioxidantes naturales, fibra, ácido oléico, ácidos triterpénicos, etc.), como por los microorganismos que se desarrollan durante la fermentación, un estudio, en el que han participado investigadores españoles, ha demostrado que la aceituna de mesa es un alimento con un alto valor funcional.

En concreto, Lactobacillus pentosus LPG1, una bacteria láctica nativa del proceso de fermentación de aceitunas, ha mostrado tener un alto poder antiinflamatorio, modulando, primero in vitro, la respuesta de las citoquinas IL-6, IL-8 e IL-10 y, posteriormente, de otras citoquinas inflamatorias en un modelo in vivo.

De este modo, tras la ingesta del probiótico, se reduce considerablemente la permeabilidad de la barrera intestinal, se reduce el daño tisular y la pérdida de peso que ocurre en un modelo murino con colitis crónica inducida.

Podría tener aplicación en el desarrollo de una nueva gama de alimentos probióticos de origen vegetal

También se ha observado un retraso en el envejecimiento de poblaciones de nematodos de Caenorhabditis elegans. Además, la cepa también ha mostrado tener unas capacidades tecnológicas notables para poder llevar a cabo la fermentación de las aceitunas de mesa debido a la formación de biofilms sobre la superficie de las aceitunas (>10 millones células/gramo), pudiendo ser, de este modo, transportada hasta el consumidor final.

El microorganismo ha sido licenciado para su explotación a la spin-off del CSIC y la Universidad de Córdoba Oleica (www.oleica.es) y podría tener aplicación en el desarrollo de una nueva gama de alimentos probióticos de origen vegetal dirigido a un sector de la población intolerante a la lactosa.

El estudio lo han desarrollado investigadores de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pertenecientes a grupos de investigación adscritos al ceiA3 del departamento de Biotecnología de alimentos del Instituto de la Grasa (Dr. Rufino Jiménez Díaz, Dr. Francisco Noé Arroyo López, Dr. Antonio Benítez Cabello, Dr. Antonio Garrido Fernández y Dr. Francisco Rodríguez Gómez) en colaboración con el grupo del Dr. Philippe Langella perteneciente al laboratorio de interacciones probióticos-comensales del MICALIS-INRA (Francia), ha sido publicado en la revista Probiotics and Antimicrobial Proteins.