Olimerca.- El mercado mundial de los aceites de semillas oleaginosas ha vivido la pasada semana los momentos más convulsos de los últimos tiempos. Tras alcanzar en los últimos meses niveles históricamente altos, en el entorno de los 1.700€/ton, en una semana ha experimentado bajadas absolutamente de locura lo que ha creado una total inseguridad entre los distintos operadores.

De nuevo, los factores climatológicos en Estados Unidos han tenido gran parte de la culpa en el comportamiento del mercado. Si hace unas semanas las previsiones eran de una mayor sequía y la ausencia de lluvias que ayudaran a recuperar los cultivos en este país, el giro del clima provocó la llegada de las lluvias que provocó que muchos grandes operadores salieran al mercado a vender precipitadamente, para aprovechar los altos precios. Esta estrategia se tradujo en una bajada vertical de las cotizaciones en todos los mercados y bolsas.

Asi, al 18 de junio se podía encontrar aceite de girasol crudo en el entorno de los 1.000 euros y los 1.100 para el refinado. Unos precios también muy similares para el aceite de girasol alto oléico que lleva arrastrando desde hace algún tiempo la misma línea de precios que un girasol convencional.

El problema radica en que en nuestro país en los últimos año ha habido un importante aumento de la superficie dedicada al girasol alto oléico lo que ha provocado una mayor disponibilidad y una mayor oferta con una mayor dificultad para darle salida en el mercado.

Y es que ante los altos precios que se han estado fijando en los meses de marzo, abril y mayo, son muy pocos los operadores que cierran grandes contratos a la espera de que llegue la nueva cosecha española, a primeros del mes de agosto, que podría ayudar a flexibilizar los precios a la baja.