Olimerca.- Ante una situación desesperada y la falta de capacidad de espera que atraviesan los olivareros andaluces, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos –COAG- de Andalucía ha anunciado que perseguirá las importaciones de aceite en los principales puertos, poniendo de esta manera nombre y apellido a las empresas que las realizan y que contribuyen a machacar al tejido productivo. Y es que, según sus estimaciones, pierden en torno a los tres millones de euros diarios como consecuencia de este tipo de estas prácticas.

Asimismo, y como otra medida de presión el sector del aceite de COAG Andalucía considera objetivos prioritarios dentro de las movilizaciones todos los puertos, donde creará grupos de seguimiento de los aceites importados.

Revisión del acuerdo con Marruecos
La organización también va a pedir una revisión del acuerdo de libre entrada de aceite desde Marruecos, que se ha convertido “en un coladero de aceite de todo el Magreb. Un aceite al que no se le exige las mismas condiciones de calidad, medio ambientales, etc.”, destacan.

En este sentido, COAG reclama la paralización del tráfico de perfeccionamiento activo (TPA), que permite que mercancías no pertenecientes a la Unión Europea puedan ser transformadas en las aduanas, sin que estén sujetas a derechos de importación, otros gravámenes, así como a medidas de política comercial. “Parece mentira que el Ministerio aún no haya paralizado el perfeccionamiento activo a pesar de la grave crisis que atraviesa el sector del aceite de oliva en nuestro país”, destacan desde la organización.

Así, COAG solicita que se revisen los contingentes aprobados con el resto de países del Magreb; a las autoridades portuarias, que lleven controles e informes detallados de lo que está entrando, cómo y quién lo trae.

A la Junta de Andalucía, después de tener noticias de que están entrando grandes cantidades de aceite a Andalucía, se le exige responsabilidad, “que cumpla con su cometido y que controle de dónde viene, qué calidad tiene declarada y si se hacen controles de calidad, de trazabilidad y si presentan residuos alimentarios. Y, sobre todo, saber qué destino van a tener esos aceites, porque hay indicios que indican que se está mezclando con aceite español y vendiendo como si su origen fuera sólo de nuestro país”.