Atrás quedaron los años en los que la salud del planeta era un simple tema de actualidad. Hoy, la protección del medioambiente es un deber que los países deben asumir con urgencia. Un ejemplo es Europa que, haciendo suyos los objetivos de desarrollo sostenible, ha desarrollado el Pacto Verde Europeo, una hoja de ruta para convertirse en el primer continente en alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

En el sector del gran consumo, se están haciendo evidentes esfuerzos por integrar la sostenibilidad en la estrategia de las compañías. Cada vez se pone más énfasis en todos los aspectos relacionados con esta materia. Es el caso de la industria del aceite de oliva en la que se han fijado objetivos de neutralidad de carbono y se están llevando a cabo proyectos innovadores para reducir el impacto medioambiental. 
Pero el compromiso debe ir más allá. El impacto directo e indirecto que tiene este sector en distintos ámbitos de la economía y el consumo demanda que las compañías integren estrategias de sostenibilidad 360. Estamos obligados a promover una labor responsable, ética y honesta a todos los niveles que cuide de cada uno de los pasos del viaje de nuestro producto: el campo, la cadena de suministros y el consumidor. 

Es el caso de la industria del aceite de oliva en la que se han fijado objetivos de neutralidad de carbono y se están llevando a cabo proyectos innovadores 

En primer lugar, desarrollando prácticas agrícolas responsables que protejan el campo y el entorno natural.  Desde el sector debemos trabajar para hacer un uso limitado y eficiente de recursos como el agua, la energía y los productos químicos para que los olivares sean respetuosos con el medioambiente, mantengan el suelo fértil y lo protejan de la erosión. 

Además, el apoyo y el cuidado a los agricultores y a sus familias debe ser una prioridad. La formación sobre prácticas agrícolas sostenibles y los espacios de trabajo basados en el respeto mutuo, la igualdad y la inclusión garantizan una producción más saludable de nuestra alimentación y, por lo tanto, el futuro de nuestro planeta.  

Ejemplo de ello son los protocolos de sostenibilidad que apoyan a los agricultores y proveedores de materias primas con el objetivo de fomentar el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles y responsables para los que forman parte de toda la cadena de suministro. 

En segundo lugar, trabajando para garantizar la sostenibilidad en la cadena de suministros mediante técnicas innovadoras y la transición hacia tecnologías más eficientes que minimicen los impactos medioambientales de la cadena de valor del aceite de oliva. Apostando por el desarrollo de alternativas reutilizables para las botellas, por la reducción de los residuos de los productos en los procesos de envasado, por el seguimiento de las condiciones de transporte para garantizar la conservación de la calidad del producto de principio a fin…  

Para crear una empresa sostenible tenemos que tener en cuenta toda la cadena de suministro y trabajar en acuerdo con todos los implicados

Para crear una empresa sostenible tenemos que tener en cuenta toda la cadena de suministro y trabajar en el acuerdo de todos los implicados sobre un enfoque común ante las prácticas de abastecimiento y agricultura responsables. Esto debe ser el primer paso hacia la elaboración de productos más respetuosos con el medio ambiente. 

Finalmente, cuidar al consumidor asegurando la calidad de los productos y educarle sobre los beneficios y usos del aceite de oliva es imprescindible para el sector. Para ello, debemos reforzar la comunicación con el consumidor sobre los procesos de calidad, la nutrición y el uso del aceite de oliva y trabajar para ser reconocidos por entidades que trabajan en los beneficios para la salud. 

Son los propios consumidores los que demandan estos esfuerzos. Por ello, la sostenibilidad se ha convertido en un eje transversal de la mayoría de las iniciativas que están saliendo a la luz. Pero, a pesar de los avances, es necesario seguir trabajando para actualizar las mejores prácticas y lograr un cambio en toda la industria. El cuidado del planeta, la sociedad y las comunidades locales ha de ser nuestra prioridad.