Olimerca.- ¿Cómo valora lo que está ocurriendo en el mercado del aceite de oliva a nivel de precios?
Rafael Úbeda.- Lo que está ocurriendo en el mercado del aceite de oliva es similar a lo que viene sucediendo históricamente de manera cíclica. Este año, la causa oficial parece ser el aumento de producción de aceite de oliva en nuestro país lo que ha provocado la caída de precios, pero realmente si analizamos la realidad de este aumento veremos que no ha ocurrido en países con tanta importancia en el mercado mundial cómo Italia, o que se ha obtenido proporcionalmente muy poco AOVE de calidad. Además, aunque la producción en España ha sido superior, en el resto de países ha sido inferior, por lo que no se justifica que el precio esté más bajo.
La situación actual perjudica tanto a productores como a comercializadores y comercios, ya que la guerra del bajo precio no tiene fin, pues siempre habrá alguien que venderá más barato y la única forma de revertir esta situación es fomentando e incrementando el consumo de calidad.
Y luego están también las informaciones sobre climatología, donde la gran mayoría de las mismas son manejadas de manera especulativa para provocar nuevas bajadas de los precios. De hecho, sólo se le da gran trascendencia al clima cuando llueve, aunque sea poco, y siempre para bajar el precio.

Si no cambiamos la manera de actuar desde el sector, el próximo año los resultados serán muy similares al año actual.

Olimerca.- ¿Quizás es la falta de preparación de los gerentes de las almazaras?
Rafael Úbeda.- Aunque si bien es cierto que en algunos casos, la formación de los gerentes es básicamente administrativa y su conocimientos están más enfocados a los números que al mercado, creo que estos profesionales en general están bien preparados y saben hacer bien su trabajo. El problema de base está en que hay muchísimos vendedores a granel y muy pocos compradores que operan como envasadores y comercializadores.

Lo más preocupante es que poco puede hacer un gerente de almazara el día que en los informativos nacionales de televisión se da la noticia de que los productores de aceite de oliva están molestos porque el precio a granel está, por ejemplo, a 2,80 €. Este tipo de noticias siempre harán bajar el precio, ya que provocará que el consumidor se plantee cual debe de ser el PVP en el lineal y no entiende ni tiene porque entender de los diferentes canales de comercialización ¿A qué precio querrá comprar el propietario de un restaurante o cafetería? Evidentemente a 2,80€ máximo. Y es evidente que existen otros gastos que hay que aplicarle a ese coste, como logística, gastos comerciales y gastos de envasado y financieros, ente otros, por lo que el productor tendrá que vender a menor precio.

Y ¿qué precio buscará el comercio o supermercado? Evidentemente deberá comprar a un precio todavía menor para conseguir sus márgenes, lo que hará bajar nuevamente el precio del aceite. Y en la próxima noticia sobre el enfado de los productores en los informativos, el precio del aceite habrá vuelto a bajar...

Considero que no debería hacerse público nunca más el precio a granel del aceite de oliva virgen extra, y aquí sí que deberíamos aprender de sectores como el del vino, ya que, aunque los vinos de menor calidad si tienen un precio litro a granel, a ningún profesional, a nadie del sector del vino se le ocurre dar esa información públicamente. Y respecto a los consumidores, nunca preguntan por el precio de un litro de vino, ya que tienen asumido que el precio depende de la calidad.

Olimerca.- ¿Qué mejoraría en la comercialización de los AOV?
Rafael Úbeda .- Sin duda que lo primero que habría que abordar es la formación al consumidor sobre las diferentes calidades. El propio sector confunde al consumidor cuando por ejemplo se trasladan mensajes de calidad, no sobre el AOVE, sino sobre de aceite de oliva intenso o suave. O cuando se habla de un aceite de oliva de baja acidez, del que la mayoría de consumidores no saben que lleva un porcentaje muy alto de aceite refinado.

La solución creo que pasa por diferenciar el Aceite de Oliva Virgen y virgen Extra, del resto de Aceites de Oliva que se producen con procesos químicos.

Aunque algunos piensen que hay que vender todos los aceites de oliva que se producen, algo con lo que estoy de acuerdo, pero la realidad es que esta idea potencia precisamente la confusión de los consumidores, y el precio medio siempre termina cotizando a la baja, los márgenes necesarios desaparecen, y todo el sector resulta perjudicado, tanto productor, cómo envasadores y comercializadores.

Olimerca.- ¿Por qué no somos capaces de conseguir los precios que se fijan en Italia?
Rafael Úbeda .- Italia diferencia mejor sus calidades, y sobre todo diferencia claramente en la comercialización entre el AOVE y el resto de aceites de oliva.

El mercado italiano no es autosuficiente en aceites de oliva ni en Virgen Extra y necesita comprar aceite a otros países productores. Sin embargo, han conseguido trasladar la imagen de que todo el aceite de oliva que produce y vende Italia es Virgen Extra, y de mayor calidad.

Mientras tanto, en España, todavía existe un gran desconocimiento de las diferentes calidades por parte de la gran mayoría de consumidores, que deciden comprar un aceite de oliva u otro, exclusivamente según el precio más barato, al no saber comparar en el lineal los diferentes tipos de aceite y su relación calidad/precio.

Es necesario seguir trabajando en el conocimiento del producto y en la segmentación de consumidores respecto a las características diferenciales y diferentes usos de los diferentes tipos de aceites de oliva.

Olimerca.- Qué consejos trasladarías a los distintos operadores de la cadena de valor para que se normalizase el mercado español?
Rafael Úbeda .- Además de otras medidas en las que ya se está trabajando entre el sector y las administraciones, considero creo que habría que adoptar ocho medidas fundamentales:

  1. En la producción y existencias del aceite de oliva, que cada mes se publican, diferenciar las existencias, entradas y salidas del AOVE del resto de aceites de oliva.
  2.  Dejar de hacer públicos, a no profesionales del sector, los precios de aceites de oliva a granel, de cualquier calidad.
  3.  No criticar al supermercado por vender con mucho margen respecto al precio de compra, cómo ha ocurrido en el pasado, ya que toda empresa necesita su margen, y cuanto más barato venda el supermercado, más bajo deberá ser su precio de compra.
  4. Generalizar una denominación más clara al Aceite de Oliva Virgen Extra. En España por ejemplo cada vez se le denomina más AOVE. Considero que esta es una buena manera de comunicarlo, y fácil de entender para el consumidor.
  5.  Trabajar en abrir líneas de financiación a todos los productores, para poder soportar un año de inversión en sus producciones y que no se vean obligados a vender de manera inmediata cuando obtienen los primeros aceites, ya que esta necesidad incrementa la especulación. Para una mayor seguridad de todos, la financiación podría estar basada en una pignoración del stock de aceite de oliva, que cada productor tenga en existencias.
  6. Trabajar entre productores y comercializadores en la firma de contratos anuales por campaña para crear una mayor estabilidad de precios y distribuir riesgos, valorando el esfuerzo y coste de garantizar una mayor calidad de AOVE.
  7. Seguir potenciando la concentración de la oferta, de la que se viene hablando desde hace años, pero que sigue siendo una utopía a corto plazo
  8. Informar con honestidad y claridad en los mensajes a los consumidores, para no seguir generándoles confusión, y que conozcan claramente las diferencias y beneficios que aporta cada una de las de los diferentes aceites de oliva. Y después que cada consumidor adquiera el que considere conveniente.