Olimerca.- ¿Por qué se han producido tantas oscilaciones de precios en el aceite de oliva esta campaña?

Antonio Luque.- Las subidas y bajadas de precios en el mercado del aceite de oliva han sido siempre habituales. La mejor noticia es que en los últimos tres años el sector productor ha conseguido mantener unas buenas cotizaciones en origen, que se han visto rotas cuando hemos tenido una buena pluviometría, después de muchos meses de sequía. En un momento dado, muchos agricultores tanto de almazaras industriales como de cooperativas con ventas individualizadas han decidido que se les liquide, ante el presagio de un gran cosechón el próximo otoño, gracias a las buenas condiciones climatológicas y eso ha generado un aumento de la oferta con el consiguiente recorte de precios y la necesidad de vender o liquidar.

Hablamos de una bajada de precios de un euro, coincidiendo con los meses más lluviosos de la primavera, pero que enseguida se ha recuperado parcialmente, gracias a la coherencia del sector productor.
Por ello, la acusación de que el Grupo Dcoop ha manipulado el mercado en función de sus intereses no se sostiene. Cada cooperativa, almazara industrial y envasador tiene que asumir su propia responsabilidad a la hora de comercializar sus aceites.

Olimerca.- ¿Cree posible mantener unos precios estables para la próxima cosecha?
Antonio Luque.- Llevo mucho tiempo diciendo que si entramos en un ciclo de lluvias en un plazo de cinco años vamos a tener que vender 500.000 toneladas de aceite de oliva más que lo actual. En paralelo, nos enfrentamos a que el consumo se muestra en retroceso en países como España, por lo que necesitamos comercializar otras 500.000 toneladas más como mínimo. Sea como sea es necesario un marco de precios estables para dinamizar el comercio exterior y recuperar el mercado interior.

Este año ha habido importantes diferencias de precios entre los lampantes y los vírgenes extra, por lo que parece que ha entrado en juego el negocio de los aceites desodorizados.
Bajo mi punto de vista, debemos de aprovechar el bajón de precios para darle un empujón al control de la calidad y la lucha contra el fraude, para evitar que pueda haber desaprensivos que añadan al aceite de oliva otros aceites como girasol alto oleico u orujo de oliva. Es hora de acabar con el fraude.

Olimerca.- ¿Y cómo cree que se puede luchar contra el fraude?
Antonio Luque.- El problema del fraude en el aceite de oliva es que lo hemos focalizado en el Panel Test y mientras tanto podemos seguir encontrándonos mezclas de aceite de oliva con girasol alto oleico, avellana, cacahuete, aguacate…Estamos frente a un drama con el análisis organoléptico que necesita de una solución ya.

Por ello, desde mi punto de vista sería más interesante invertir en informar al consumidor sobre las distintas categorías y sus propiedades, y quizás potenciar la categoría de aceite de oliva virgen y virgen extra, si bien en éste caso su producción es más limitada.
Yo considero que hay que plantearse la siguiente pregunta ¿Qué le preocupa más al consumidor?: un fraude organoléptico, un aceite con mezclas, o un aceite desodorizado. Si hoy por hoy, para ninguno de los tres tenemos métodos y pruebas definitivos que lo detecten, habrá que analizar los riesgos. En definitiva el sector tiene que invertir más en que se controle el fraude.

Olimerca.- ¿Cómo valora la evolución de Dcoop en el mundo?
Antonio Luque.- Sin lugar a dudas nuestra evolución ha sido fundamentalmente en el exterior, donde hemos vendido por valor de más de 500 millones de euros en 2017, y donde confiamos en doblar en volumen nuestras salidas en los próximos cinco años.
Para ello no descartamos nuevos acuerdos o alianzas que nos abran nuevas puertas en otros mercados como el chino o el indio, porque es fundamental ganar dimensión con otros socios que aporten know how. Las alianzas con otras compañías oleícolas y de otros sectores, para y la búsqueda de mercados alternativos nuevos y existentes.
Si queremos ser líderes mundiales indiscutibles del aceite de oliva tenemos que tener suficiente influencia en el mercado mundial, y dejar de mirar lo que tenemos en nuestro pueblo.

Olimerca.- ¿Cuál va a ser la apuesta de Dcoop respecto a los graneles y envasados?
Antonio Luque.- A pesar de que no tenemos marcas suficientemente reconocidas en el segmento del envasado, con la excepción de Pompeian en Estados Unidos, el próximo año vamos a hacer una gran apuesta por el envasado con la marca Dcoop en España porque ahora es el momento, después de tres años haciendo un gran negocio con los graneles. Y es que en este periodo tanto almazaras industriales como cooperativas hemos conseguido una mayor rentabilidad con los graneles que con el envasado.

En años de niveles de precios altos en origen, los envasados son poco rentables. En estos momentos la marca Dcoop sólo está presente a nivel nacional en Carrefour y a pesar de ello tenemos más cuota de mercado que otras cooperativas; sólo con esa marca y un solo cliente.
Somos cooperativas, pero no “ingenuos” y lo único que nos mueve es que nuestros socios ganen dinero. Nos dedicamos a que nuestros accionistas tengan una alta rentabilidad.

Olimerca.- ¿Cómo valora el posicionamiento de Pompeian frente a marcas como Bertolli en Estados Unidos?
Antonio Luque.- Muchas cosas han cambiado en el mercado del aceite de oliva de Estados Unidos en los últimos años. De no vender Dcoop prácticamente nada, a partir del acuerdo con Pompeian hemos pasado a vender más de 30.000 toneladas al año.
Se han roto los tradicionales liderazgos de marcas y estamos asistiendo a una pérdida de cuota de mercado de la marca Bertolli, propiedad de Deoleo, en torno al 20/30%, mientras que la marca Pompeian, de la que somos socios, cada año gana posiciones. Sin duda que estamos provocando una revolución en los lineales de Estados Unidos.

Nuestra estrategia es vender y ganar dinero e intentar hacer crecer las ventas, ya sea a través de Pompeian o Dcoop; por el bien de todo el sector. Si Pompeian es capaz de posicionar sus botellas de aceite entre los 8/9$ el litro, frente a los 10/11$ de Bertolli, es porque manejamos mejor nuestros costes, y pienso que nadie dudará de que es un magnífico precio para este producto.
Dcoop y nuestros socios americanos estamos obligados a vender cada año mayores volúmenes de aceites de oliva, dado que las cosechas van a ser cada año más grandes, y siempre apostaremos por aquel precio que nos haga más competitivos frente a nuestros competidores y que siempre sea rentable para nuestros socios.

Por ello es normal que la marca Pompeian haya alcanzado en el segmento de virgen extra una cuota del 17%, mientras que las marcas Bertolli y Berio suman entre ambas un 18%. Como resumen, siempre afirmo que el mejor precio para el aceite de oliva es el más alto posible para que se venda todo.

Este texto corresponde a un extracto de la entrevista que se publicará próximamente en la edición impresa de Olimerca