Si hay un producto agroalimentario con más reglamentos y con más normas y controles ese es el aceite de oliva. La última ha sido la recientemente aprobada Norma de Calidad aprobada por el Gobierno a finales del mes de agosto y que ha entrado en vigor el 1 de octubre. Una norma que ya se está aplicando y que se une a las ya oficiales como el reglamento de la Unión Europea o las normas del Consejo Oleícola Internacional, que son las que tienen aplicación en todos los países miembros y en todo el mundo.

Desde Olimerca abordamos en profundidad lo que va a suponer la entrada en vigor de esta nueva norma española que será pionera en todo el mundo y que rompe moldes en favor de la transparencia, la trazabilidad, la seguridad alimentaria y sobre todo la máxima calidad para los aceites de oliva españoles.

Desde la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero se ha impulsado la puesta en marcha de una certificación voluntaria que precisamente busca esa mayor seguridad en los aceites envasados

España sienta las bases para que en un futuro no muy lejano otros países productores se unan a esta estrategia de defensa de la máxima calidad, la apuesta por ofrecer al consumidor el mejor producto y la mejor información para que pueda elegir a gusto con su paladar y su uso en la cocina o en la mesa.
Y no han pasado dos meses desde la puesta en marcha de la norma del Gobierno cuando el propio sector ha dado un nuevo paso encaminado en ofrecer una mayor seguridad y trazabilidad con este producto. Desde la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero se ha impulsado la puesta en marcha de una certificación voluntaria que precisamente busca esa mayor seguridad en los aceites envasados.

Se trataría de un esquema de certificación de la calidad de producto y del proceso de tal forma que las empresas que voluntariamente lo deseen puedan someter sus lotes de aceite de oliva (ya sean virgen extra, virgen o refinado) a un examen por parte de un panel de control oficial, de forma que en caso de cumplir con unos parámetros de calidad más estrictos que los que marca la propia normativa comunitaria reciban una certificación de conformidad válida por 12 meses y que no se haga necesario un nuevo control o análisis sensorial cuando el aceite ya está en la botella en el lineal.  Estos controles se llevarían a cabo mediante una empresa de certificación externa que garantizase todo el procedimiento.

Sin duda que es un nuevo hito por parte del propio sector, ir por delante de la norma standard que marca nuestro gobierno, pero ahora viene la difícil tarea de que las empresas adecuen sus instalaciones a esta nueva exigencia para conseguir este certificado, algo que no se puede conseguir de la noche a la mañana y que sin duda pueden generar algún quebradero de cabeza.

Nieves Ortega
Directora de Olimerca