Hace unos días el diario El Confidencial recogía una información centrada en la situación del mercado del aceite de oliva haciendo especial énfasis en que había que acaparar ahora el aceite porque se avecinaban mayores subidas de precios y que nos podíamos enfrentar a una gran escasez, dadas las malas previsiones de cosecha para esta nueva campaña.

Una noticia que sin duda habrá generado una gran inquietud entre aquellos consumidores habituados al aceite de oliva y que sólo sirve para alimentar miedos y alarma social, como pasó en el mes de marzo con el aceite de girasol.

Ya sabemos todos que el sensacionalismo vende y genera tomas de decisiones caóticas y sin sentido que al final sufre toda la cadena de valor por la gran inestabilidad de los precios y sobre todo la negativa repercusión en el consumo.

Que tengamos una cosecha más corta no significa que tengamos que salir al supermercado a comprar de manera compulsiva.

En momentos como los actuales, la prensa generalista, que a veces es una gran desconocedora de la auténtica situación de los sectores y sus mercados, debería tomarse un minuto para informarse de las fuentes más rigurosas y fiables y analizar el contexto presente y futuro.

En España no vamos a quedar desabastecidos de aceite de oliva. Que tengamos una cosecha más corta no significa que tengamos que salir al supermercado a comprar de manera compulsiva. Nuestro sector se ha enfrentado en otras ocasiones a situaciones complicadas y siempre ha salido airoso. 

Lo que si nos puede pasar en los próximos meses es que a raíz de los altos precios del aceite de oliva el consumo decaiga más en nuestro mercado interior a favor del aceite de girasol, que ya en las refinerías cotiza por debajo del 1,5€/kg y con una clara tendencia a la baja de cara a los próximos meses.

Un diferencial de precios entre un girasol a 2€/litro en el lineal frente a los 6€/litro en el aceite de oliva y en un contexto de alta inflación y problemas económicos en muchos hogares no auguran un buen comportamiento de las salidas de aceite de oliva.

No obstante vamos a ser optimistas: Es el momento de reforzar la imagen saludable de nuestro oro líquido, reforzar en el consumidor que el AOVE es mucho más que un aceite para ensaladas, es como como un buen vino que se disfruta todos los días y además es una fuente inagotable de salud.