Olimerca.- Ha tenido que llegar la crisis económica a nivel mundial, la alta inflación y la subida de los precios de los alimentos para que el Gobierno de nuestro país se decidiese a tomar algunas medidas para aliviar la presión y la angustia que sufren muchos consumidores a la hora de llenar la cesta de la compra.

Ayer, en el Consejo de ministros, se aprobaron una serie de medidas, entre ellas la reducción del IVA en una serie de alimentos, con el objetivo de aliviar el gasto doméstico de la factura diaria en alimentación.

Uno de los productos seleccionado ha sido el “aceite” como término genérico, ya sea aceite de girasol, de orujo o de oliva o de semillas oleaginosas. Hablamos de una bajada del 10% al 5% durante seis meses hasta junio. Pero, además, conviene mencionar que el Real Decreto ley recoge que el tipo impositivo del 10 por ciento podría volverse a recuperar a partir del día 1 del mes de mayo de 2023 en el caso de que la tasa interanual de la inflación subyacente del mes de marzo, publicada en abril, sea inferior al 5,5 por ciento.

En definitiva, una rebaja que apenas será apreciada por el consumidor si tenemos en cuenta el alto precio al que se encuentra el aceite de oliva en el lineal. 

Tan sólo hay que hacer una sencilla cuenta. A un precio de 6€/litro la reducción del impuesto del IVA supondrá una rebaja de 30 céntimos de euro y apenas tendrá repercusión sobre el coste final de la botella. No obstante, vamos a ser positivos mirando por el bolsillo de nuestros compradores de aceites de oliva, y aprovechemos esta decisión para solicitar al gobierno que esta reducción del IVA se mantenga después de este periodo excepcional, y se fije para el aceite de oliva un IVA superreducido, como tienen otros países como Italia, donde el IVA es del 4%, y que ayudarían sin duda a impulsar su consumo y su presencia en los hogares y en la restauración.

En años tan excepcionales como este, con una cosecha absolutamente catastrófica, convendría ayudar a los consumidores a que sigan consumiendo nuestro “oro líquido” con incentivos como la reducción del IVA al mínimo posible. Desde hace muchos años el sector envasador del aceite de oliva ha venido demandando la necesidad de ajustar el IVA a las características de este producto. No es de recibo que uno de los pilares de la dieta mediterránea se vea sometido a un IVA del 10% y debería de igualarse a otros productos básicos de nuestra alimentación con un IVA reducido. 

Nieves Ortega

Directora