Olimerca.- La guerra de Rusia contra Ucrania ha pasado factura a los mercados agroalimentarios de muchos países de todo el mundo. En España uno de los sectores más afectados es el del girasol y todos sus derivados, que está viviendo importantes problemas a toda la cadena de valor.

Uno de los efectos colaterales que ya hemos visto en nuestro mercado del aceite de oliva el pasado mes de marzo ha sido: la caída de las disponibilidades de aceite de girasol crudo y por ende el parón de las refinadoras más importantes del país, están provocando graves problemas al sector de las industrias de conservas de pescado y sobre todo al canal horeca que ante la escasez de aceite de girasol están buscando otras alternativas para cubrir sus necesidades de grasas vegetales.

Así, en la primera semana del mes de marzo, además de haberse observado un aumento de la demanda de aceite de palma o colza, en el mercado del aceite de oliva también se vivió una mayor tensión originada por el aumento de la demanda de aceite de oliva suave e intenso para suplir la ausencia de girasol.

Una necesidad que provocó de manera inmediata un aumento de precios del aceite lampante y refinado que ha pasado de los 3,00 €/kilo de la semana anterior a los 3,20€/kg al 5 de marzo; mientras que el refinado ya cotiza en origen en los 3,35€/kg. Es tal la necesidad de encontrar aceites de oliva suaves que las industrias estaban formalizando contratos para entregas inmediatas sin precio fijado.

Las industrias refinadoras vivieron momentos de una gran preocupación porque, dado que se alcanzaron unos niveles de precios en origen que sin duda van a pasar factura al consumo final de aceite en los lineales. La misma situación se ha vivido también en el sector del aceite de orujo de oliva que durante varias semanas han mostrado una posición cerrada por parte de la oferta, para no provocar mayor tensión en los mercados. 

Sin duda que la crisis del girasol generó en marzo una oportunidad para el aceite de oliva, donde el consumo de aceites de oliva refinados junto con aceite de oliva vírgenes experimentaron una importante demanda, no sólo a nivel español, sino también en otros mercados exteriores. Ahora, el sector tiene que digerir lo que puede suceder en las próximas semanas, porque los riesgos son alto.