Olimerca.- Cuando en un mercado las cosas funcionan bien, todo el mundo se sube al carro para colgarse medallas de los éxitos globales; y cuando no es así, siempre tenemos el recurso de echar balones fuera y buscar culpables en los otros. Y eso es lo que está pasando en el aceite de oliva.

Estamos hablando de un producto agroalimentario que en escasos 30 años ha triplicado sus volúmenes de producción, y con ellos también los de comercialización. Un éxito totalmente reconocido, gracias al esfuerzo exportador del sector, que contra viento y marea y enfrentándose todos los años a importantes oscilaciones de precios aumentan cada día la fidelización de los consumidores en los mercados donde hace años era impensable ocupar posiciones de liderazgo.

Un esfuerzo que deberíamos de reconocer todos y donde se incluyen no sólo a los grandes grupos envasadores, sino también aquellas medianas y pequeñas empresas comerciales y productoras, que con una gran imaginación y un gran esfuerzo siguen trabajando en posicionar marcas y aceites de oliva en los lineales y en los ámbitos gastronómicos, además de llevar la imagen de la calidad de nuestros zumos de aceituna.

La importancia de esta actividad exportadora es tan manifiesta como que en la actualidad supone cerca del 70% del volumen total que elaboramos cada campaña, quedando sólo el 30% restante en el mercado interior. Y es por ello que es el momento de reflexionar sobre cómo debemos de reforzar el apoyo a estas empresas y sus actuaciones en el exterior. Y de paso sin olvidar el mercado interior que está perdiendo inexplicablemente consumo cada año.

Hasta la fecha, está claro que la comercialización del aceite de oliva español está en manos de algunas empresas productoras y envasadoras que son el verdadero motor de que España no tenga un problema de exceso de existencias cada año. Pero, por otra parte, sabían ustedes que los socios integrantes de ASOLIVA (Asociación Española de Industrias Exportadoras de Aceite de Oliva), representan entre el 85-90% de la exportación nacional de aceite envasado y exportado bajo marca; y que cinco de sus asociados (Sovena, Migasa, Deoleo, Acesur, Borges,) son los mayores exportadores que mueven del orden de 320.000 toneladas de aceite de oliva al año y que supone más de un tercio de toda la exportación española, Y por último ¿sabían que en torno a las 500.000 toneladas son adquiridas a granel de manera directa en cooperativas y amazaras por parte de operadores de Italia, Portugal u otros países deficitarios en producción, de las que España apenas saca un valor añadido?.

En un contexto donde el riesgo de nuestro mercado exterior depende de los distintos marcos políticos, cada vez más inestables como es el caso de Estados Unidos, y donde el esfuerzo por vender aceite de oliva envasado debería ser absolutamente prioritario, aplaudimos todas aquellas iniciativas que están haciendo nuestras empresas en el exterior; sirva como ejemplo establecer plantas de envasado en otros países, firmar alianzas con firmas consolidadas en su segmento. Todas ellas nos van a servir para abrirnos puertas y crecer cada vez más en el envasado.

Es ahora cuando, sin demora, la función de las distintas administraciones tiene que contemplar, un cada vez más intenso apoyo a todas las empresas, a la asociación de exportadores, y económicamente a la interprofesional del aceite de oliva para así poder aumentar la tan necesaria actividad promocional.

Estamos ante una titánica tarea, porque de sus resultados en el exterior dependerá no sólo la evolución de nuestras producciones y stocks , sino además el comportamiento de los precios.