Olimerca.- Cada día me sorprende más este sector del aceite de oliva. Tras muchos años asistiendo de cerca a la evolución del mismo, con sus vaivenes de precios, de cosechas y de posicionamiento en los mercados, parece que todavía hay algunos que no han aprendido la lección más importante que nos queda por delante: no ser sólo líderes en producción sino en comercialización envasada.

Cuando los precios de los aceites de oliva en origen llegaron a los 1,80€/kg los productores se llevaban las manos a la cabeza y acusaban a los envasadores y a la gran distribución de estar en manos de ellos y ser los grandes damnificados.

En los últimos dos años, cuando los precios del aceite de oliva en origen han llegado a superar los 4,00€/kg, cuando desde la producción se muestran satisfechos por los éxitos alcanzados y que se han venido manteniendo en el tiempo, gracias al ritmo de la exportación, nos encontramos con que todavía hay algunos productores que, ahora más que nunca, se reafirman en su apuesta por la comercialización a granel. Buena prueba de ello son algunas de las declaraciones realizadas en "petit comité" “Ahora lo que hay que hacer es estarse quieto y no hacer nada más. Eso del envasado es una ruina”. “Los márgenes de los productos envasados se han ido mermando hasta hacer casi insostenible la viabilidad del negocio”.

Todo ello no hace más que reafirmar que, salvando honrosas y meritorias excepciones,  todavía una parte de nuestro sector productor vive muy bien acomodado en su posición de vender graneles y no complicarse la vida, Y que la apuesta por el envasado o los mercados es para otros que quieran arriesgar en su negocio.

Es triste todavía encontrarse con algunos profesionales del sector que se muestren tan cortoplacistas y sólo les preocupe vaciar sus bodegas todos los años al mejor precio (algo lícito pensando en los agricultores), pero volvemos a recalcar que con esta mentalidad tan cerrada pensando en el futuro, no podemos dar por sentado que el negocio del envasado se ponga en manos de otros operadores, incluso de otros países, que comprarán nuestros graneles y lo envasarán con sus marcas.  El problema podría venir después dado que entonces serán otros los que marcarán los precios del aceite de oliva en origen.