Olimerca.- En un contexto de escasez en la producción de aceite de oliva y en consecuencia de altos precios en el lineal, además de una grave crisis económica que afecta sobre todo a muchas familias con problemas para llegar a fin de mes;  ya nos tienen acostumbrados los empresarios, sin escrúpulos, que aprovechan la coyuntura actual para hacerse con un buen bocado del mercado abusando de la confianza y la necesidad del consumidor, al comercializar aceites no autorizados para su consumo directo a precios de aceite de oliva virgen, cuando no extra.

No hay año o campaña difícil en el sector del aceite de oliva en el que los desaprensivos intenten hacer su negocio a costa de la imagen de calidad de nuestro “oro líquido” con precios que por sí sólo deberían de levantar las sospechas de los consumidores.

Y es que el gran problema que tienen nuestros consumidores es la falta de información y de conocimiento a la hora de valorar lo que es un buen aceite de oliva del que no lo es. Y es precisamente de esa ignorancia de la que se valen los desalmados para introducir sus mezclas no saludables y hacer el negocio hasta donde les dejen las autoridades.

Si nuestros consumidores conocieran las diferentes categorías de aceites de oliva, sus propiedades y características sería muy difícil que algunos empresarios les vendieran gato por liebre. Y es precisamente ese conocimiento de unos usuarios el que ha ayudado a que en los últimos días se destapara una red de venta fraudulenta de aceite de oliva, que no contaba con registro sanitario y ha ayudado a retirar más de 65.000 litros de una mezcla de aceite de oliva lampante con refinado.

En España, el consumo de aceite de oliva está muy arraigado y es por ello que son muchos los consumidores que, a pesar del precio, siguen buscando marcas más económicas para no cambiar de calidad del aceite que entra en su casa.

Estamos cansados de oír y ver en los periódicos noticias relacionadas con el fraude y el etiquetado que tanto daño hacen al conjunto del sector. Es necesario una mayor agilidad de las administraciones para que actúen con rapidez y contundencia en la vigilancia, control y sanciones que de verdad les quiten las ganas de reincidir.