Olimerca.- El aumento de la producción de aceite de oliva en la campaña actual del 28%, respecto a la campaña anterior, hasta llegar a superar las 853.000 toneladas, no ha dado un respiro al mercado en origen a lo largo de los 8 meses que llevamos de comercialización. En este tiempo hemos asistido a numerosos picos de sierra, con subidas y bajadas de precios, que en ocasiones no tenían ninguna justificación. Estamos asistiendo a una campaña de comercialización de gran incertidumbre, y de inseguridades con la espada de Damocles de las existencias en el enlace que pende sobre toda la cadena de valor del aceite de oliva.

Un mercado que en estos ocho meses ha estado evolucionando a golpe de impulsos y que nos ha llevado a una nueva etapa nunca vista, pero que puede tener consecuencias muy dolorosas para todo el conjunto del sector.

Sin ninguna duda que a medida que nos aproximamos al mes de octubre toda la cadena de valor mira sus bodegas y existencias porque con los precios actuales y los que pueden llegar en el corto plazo el mercado puede sufrir un giro de 180º y provocar numerosas pérdidas a productores y envasadores.

Si nos ponemos en el lado industrial envasador sin duda que su mayor problema está en cómo gestionar las necesidades de la distribución comercial y la exportación para llegar a primeros de octubre con las operaciones cerradas al mismo precio al que se compró este aceite, para que no haya pérdidas financieras importantes. Ningún envasador quiere quedarse en sus almacenes con grandes volúmenes de aceites de oliva comprados a 8 y 9 euros, y luego, cuando los precios bajen en origen, tener que darle salida a 4€.

Pero también los productores se van a encontrar con un problema similar. Si los envasadores ajustan sus compras al mínimo, todo el aceite almacenado en las almazaras que esté pendiente de comercializar en octubre o noviembre sufrirá la presión de los nuevos aceites de oliva virgen extra procedentes de Portugal y con ello el valor estimado en agosto o septiembre de sus bodegas podría caer por los suelos.

Es importante no llegar con stocks cero en las almazaras y envasadores, pero como dice el refrán podría pasar que “de lo poco sobró y de lo mucho falto”. Nadie quiere arriesgarse con la patata caliente que suponen tanto los altos como los bajos stocks de aquí a los próximos meses.

Nieves Ortega

Directora de Olimerca