Olimerca.- Durante la tercera semana de noviembre, el mercado del aceite de oliva en origen se ha cerrado con una gran estabilidad de precios por parte de la oferta, pero con una demanda que parece sufrir un cierto estancamiento, si tenemos en cuenta la caída del consumo de aceite de oliva que está sufriendo nuestro mercado interior.

Los datos de las principales consultoras en este ámbito ya recogen entre un 15 y un 20% de pérdida de confianza del consumidor en el aceite de oliva, en parte justificado por el incremento de los costes y en parte porque el año 2020 el consumo doméstico se disparó por el confinamiento y el cierre del canal horeca.

Pero lo que si es una realidad es que este año a nivel mundial la oferta será superior a la campaña pasada, y muy repartida entre los principales países productores del arco mediterráneo. Portugal, Túnez y Turquía serán sin duda mercados importantes que presionarán sobre Italia y España y esta diversificación de la oferta hará que los industriales envasadores de ambos países tengas más opciones para disponer de los nuevos aceites.

Recordar que entre Portugal y a Túnez, podremos llegar a las 420.000 Tm, más del doble que el año anterior. Esta oferta se unirá a una oferta media de España, Italia y Grecia.

Situación de la demanda
Está claro que el mercado exterior, un año más va ser el factor clave en el comportamiento de la demanda, que en estos momentos da signos de estar lejos de lo que se esperaba. En este contexto nos encontramos con un escenario muy descompensado, con una oferta pujante, sobre todo desde Portugal y desde Túnez, y una demanda algo más debilitada, lo que está presionando a la baja a los precios en origen. 

Por otro lado se observa que los italianos están poniendo de nuevo su punto de mira en el mercado español, tras hacer sus primeras incursiones en Grecia. Ese mayor interés de nuestros operadores vecinos también sin duda que está ayudando a que los precios de los mejores AOVE se mantengan en los niveles adecuados a su calidad.

Por último, esde el lado de la producción, la valoración más común se centra ya, no en esta campaña, sino en la que vendrá en octubre de 2022. La falta de lluvia y de agua en los embalses en prácticamente toda la geografía española preocupa y mucho como afectará al olivo de cara a la campaña 2022/23. El stress hídrico que ha sufrido este año el olivo no sólo se ha notado en el tamaño y rendimiento de la aceituna, sino también en el desarrollo foliar de cara a la próxima primavera. Todo ello refuerza a los productores a pensar que este año los precios no tienen recorrido de bajada, porque la catástrofe que se augura puede ser muy grande y podemos llegar a octubre con unos stocks de aceite bajo mínimos.