Olimerca.- Un equipo de investigadores del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha estudiado los efectos biofísicos y económicos que el cambio climático tendrá sobre la agricultura europea para el año 2030, subrayando el papel del comercio como mecanismo de adaptación capaz de atenuar sus consecuencias.

Este estudio contempla distintos escenarios potenciales para 2030, que se construyen combinando, en primer lugar el escenario socioeconómico SSP2 (Shared Socioeconomic Pathway 2), que representa un desarrollo socioeconómico en 2030 en línea con el actual (misma tendencia demográfica, económica, tecnológica, institucional y social); en segundo lugar, el escenario de emisiones de gases de efecto invernadero más extremo, correspondiente al RCP 8.5 (Representative Concentration Pathway 8.5; en tercer lugar las proyecciones climáticas de tres modelos de circulación global (HadGEM2-ES, IPSL-CM5A-LR y MIROC); y en cuarto y último lugar la fertilización carbónica, es decir, grado de los efectos que el incremento del CO2 atmosférico tendrá en la productividad de los cultivos.

Así, una de las investigadoras de la UPM, María Blanco, asegura que “los resultados biofísicos muestran que los cambios en los rendimientos están fuertemente influenciados por el clima y por el efecto de fertilización carbónica, produciéndose un aumento de la productividad de los cultivos debido a este último efecto. Además, la magnitud de los efectos varía entre las distintas regiones y cultivos, siendo el maíz uno de los afectados más negativamente en Europa”.

Las simulaciones económicas planteadas por los investigadores demuestran que los cambios en la producción agraria global son modestos en comparación con los cambios en los rendimientos de cultivo, debido a la respuesta de los mercados. “Esto nos indica que el ajuste de los precios atenúa parcialmente los efectos del cambio climático sobre la producción agraria a nivel mundial, si bien esas consecuencias son muy dispares a nivel regional y sectorial”.

Los resultados de este estudio ponen de relieve el destacado papel del comercio como mecanismo de adaptación para compensar la disparidad regional en cuanto a los efectos del cambio climático sobre la productividad agraria.

Asimismo, la heterogeneidad de los impactos en la producción observados a nivel regional dentro de Europa demuestra la trascendencia de los análisis a nivel sub-nacional a la hora de promover el desarrollo de sistemas agroalimentarios resilientes al cambio climático.

Gracias a este estudio, es posible tener un mayor conocimiento sobre los efectos potenciales del cambio climático en la agricultura sin olvidar el papel que el comercio puede jugar como elemento regulador. “Nuestro objetivo es que el conocimiento generado contribuya a mejorar el proceso de toma de decisiones políticas en materia agroambiental”, asegura la investigadora de la UPM.