Olimerca.- La almazara Aroden de Carcabuey, productora del AOVE Cladium, ha ganado el XI Concurso AEMO a la mejor almazara de España, mientras que la cacereña As Pontis de Eljas ha obtenido el Accésit. 

Al mismo tiempo, Rafael Alonso, jefe de producción de Oro del Desierto de Tabernas, ha logrado el reconocimiento como Mejor Maestro de Molino del año, en unos premios fallados en Córdoba. 

Para decantarse por la almazara Aroden de Carcabuey , el Jurado ha valorado positivamente las instalaciones modélicas en cuanto a diseño y que se basan, íntegramente, en el uso de acero inoxidable y la absoluta higiene. Por otro lado se ha constatado el manejo esmerado de la producción con especial cuidado en la calidad de la aceituna entrante que es recolectada en el momento óptimo de maduración, recepcionada y clasificada rigurosamente según calidad. 

El Jurado ha descrito el zumo obtenido como “aceite de gran personalidad y riqueza de matices que en nariz irrumpe con un frutado intenso de aceituna verde, notas de hierba fresca recién cortada y hoja de olivo y un abanico de variadas frutas frescas, tomate verde y alloza. En boca presenta una entrada dulce que, inmediatamente después, sorprende con un equilibrado y agradable amargor y picor creciente”. 

Por su parte, la almazara cacereña As Pontis de Eljas ha sido galardona con un Accésit al contar con unas instalaciones modernas y perfectamente dispuestas para elaborar los mejores zumos de aceituna. El jurado ha valorado la racional disposición de la línea de producción que ha sido diseñada y montada pensando cada punto crítico del proceso.

El Jurado en la cata ha descrito su AOVE como un “aceite frutado medio maduro con notas verdes, donde destaca, ante todo, un incipiente plátano acompañado de otras frutas maduras envuelto en un elegante aroma a vainilla. En boca es más dulce, fluido y con un equilibrado y leve amargor”.

También en los premios se ha querido destacar la escrupulosa labor de Rafael Alonso,  maestro de molino de la empresa Rafael Alonso Aguilera, que comienza en campo seleccionando la fruta en la finca propia del desierto de Tabernas, le sigue una recepción cuidada de la aceituna entrante, su procesado a medida según el estado de llegada, el esmero en el proceso de producción, la clasificación de los zumos salientes en bodega y la absoluta limpieza e higiene de unas instalaciones que cuentan además con un centro de interpretación y un restaurante temático del aceite virgen extra. Todo ello hace de esta almazara un complejo oleoturístico que va más allá de la simple producción. 

Rafael Alonso, hijo del propietario, es un enamorado del aceite de oliva, desarrolla su trabajo con vocación y todo ello redunda en la oferta de unos monovarietales que triunfan en los mercados nacionales e internacionales.