Olimerca.- La Xylella fastidiosa mantiene en jaque al sector olivarero mundial. En Europa se detectó por primera vez en octubre de 2013 al sur de Italia y desde entonces la investigación para frenar su propagación no ha cesado.  En esta línea la firma cordobesa ha viajado a Italia, a la zona cero, para conocer de forma directa la situación actual de la enfermedad, así como las distintas líneas de investigación que se están llevando a cabo en este país y evaluar una futura colaboración con los expertos en la materia.

En este viaje Todolivo contó con la colaboración del investigador del IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera, dependiente de la Junta de Andalucía) de Córdoba, Lorenzo León, y la doctoranda Alicia Serrano, quienes facilitaron el acceso al equipo de investigación italiano y acompañaron a los técnicos de la empresa cordobesa, experta en Olivar en Seto, en el viaje.

La delegación de técnicos española pudo observar que la variedad de la comarca, la Oiarola salentina, es tremendamente sensible a la bacteria, pero que, sin embargo, otras variedades también plantadas en la zona (aunque en menor proporción), como la Leccino, se muestran muy tolerantes a la enfermedad. Prueba de ello es una plantación muy cercana a la zona de Lecce donde el agricultor tenía la mitad de la plantación de Oiarola y la otra mitad de Leccino, estando totalmente muertas las primeras y en perfecto estado las segundas.

Evaluación de variedades

Una de las líneas de trabajo más importante y más interesante es la que se centra en los trabajos de evaluación de variedades de olivo. Su objetivo es identificar aquellas que puedan presentar niveles más altos de resistencia a la enfermedad.
Un ejemplo es el programa que se inició en noviembre de 2016 en colaboración con el Ifapa de Córdoba y mediante el cual éste mandó una colección de variedades españolas (38 en total), entre las que se encuentran variedades con las que Todolivo está trabajando como Arbequina, Arbosana, Koroneiki, Picual, Hojiblanca, Manzanillo, etc., junto con un grupo de nuevos genotipos obtenidos por el Ifapa.

Estas plantas fueron plantadas en campo al aire libre, en la ‘zona 0’, donde la infestación era máxima. Estas plantas, después de un año y medio expuestas, no mostraban síntomas a la enfermedad. Las plantas también se embolsaban para introducir dentro el insecto vector y propiciar una mayor infección.

Esta línea de trabajo se ha complementado con otra que inició en 2017 por este equipo investigador en colaboración con el IFAPA de Córdoba, y que amplía el estudio de la tolerancia de la Xylella fastidiosa a 70 variedades españolas y otras de diferentes países.

La diferencia es que, en esta ocasión, en vez de exponer las variedades a la bacteria a cielo abierto, se le está inoculando la bacteria en el laboratorio para después llevarlas a un invernadero cerrado, donde se les analiza su tolerancia a la misma.
Otra de las líneas de investigación es la que se está realizando con olivos silvestres (acebuches) que se han detectado resistentes y están propagándolos mediante injertos en árboles adultos.

Tras estas investigaciones, las impresiones que Todolivo ha extraído de los trabajos realizados con las diferentes variedades analizadas son esperanzadoras, ya que, aunque las investigaciones siguen abiertas y no han concluido, se han identificado posibles fuentes de resistencia a Xylella fastidiosa en algunas de las variedades evaluadas.

Por otro lado, en cuanto a las variedades españolas plantadas en la “zona 0”, hace ya más de un año y medio y las inoculadas en laboratorio, destaca que, a día de hoy, no se han visto afectadas por la bacteria.