Olimerca.- El mercado da la bienvenida a las primeras aceitunas avaladas con el sello de calidad de la IGP Manzanilla de Sevilla, tras la autorización del Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas de las Aceitunas Manzanilla de Sevilla y Gordal de Sevilla a la empresa Olivaida S.L., que ha pasado favorablemente las auditorías de Sohiscert, órgano externo de control.

También, se ha autorizado a las tres primeras industrias de aderezo para el uso de la marca del Consejo Regulador, concretamente a Oleand SCA, Virgen de Loreto SCA y Aceitunas Rumarín S.L., de los municipios de La Puebla de Cazalla, Umbrete y Mairena del Alcor respectivamente. A partir de ahora, estos fabricantes certificados podrán usar en sus medios y herramientas de comunicación la leyenda “Empresa inscrita en el Consejo Regulador de la IGP Manzanilla y Gordal de Sevilla” acompañada del logotipo correspondiente del Consejo Regulador.

Las aceitunas que pueden ser enteras, deshuesadas o rellenas, una vez envasadas se identifican con la contraetiqueta numerada y expedida por el Consejo Regulador de la IGP y la referencia a la Indicación Geográfica Protegida “Aceituna Gordal de Sevilla” o “Aceituna Gordal Sevillana”, “Aceituna Manzanilla de Sevilla” o “Aceituna Manzanilla Sevillana”.

Requisitos
Entre los requisitos que se verifican en las auditorías, se encuentra el tipo de variedad, la recolección manual, el calibre, la trazabilidad de las aceitunas y el procedimiento de limpieza. Desde el punto de vista de la elaboración, se validan las diferentes fases de su sistema tradicional: cocción, fermentación, clasificación, almacenamiento, relleno en su caso y envasado. Respecto al producto final, se chequea el sistema de control de los operadores para garantizar que el producto elaborado cumple con las características organolépticas de color, textura, sabor y olor.

Los operadores inscritos en el Consejo Regulador que abarca toda la provincia de Sevilla y algunos municipios de Huelva, obtienen con la certificación, la capacidad de diferenciarse en unos mercados cada vez más competitivos a través del valor comercial añadido al producto, pudiendo así generar mayores ingresos para toda la cadena de valor de la aceituna de mesa sevillana, que permite impulsar las exportaciones y que contribuye a la sostenibilidad económica y social del territorio.