Olimerca.- El sector del aceite de oliva parece un circo donde no dejan de crecerle los enanos. Además de que en estas fechas asistimos a una importante y prolongada sequía, que está dejando huella en la aceituna y en consecuencia en el futuro rendimiento en producción de aceite; ahora las almazaras industriales se tienen que enfrentar a un nuevo problema: los contratos agrarios.

Un documento que será obligatorio su uso a partir de que la almazara abra sus puertas y comience la entrega de la aceituna por parte del agricultor. Hablamos de un contrato que, aunque en su origen tiene el objetivo de dar seguridad y transparencia al agricultor a la hora de fijar los precios de las aceitunas que se entregan, va a generar numerosos problemas a las almazaras.

Estamos hablando de que no sólo hay que fijar un precio para la aceituna sin saber a qué cotización se va a vender el aceite; sino que además, la almazara tendrá que liquidar al agricultor en el plazo de un mes, con lo que sin duda es un problema añadido al tener que vender, si o si, aunque los precios del aceite de oliva en esas fechas no sean los mejores.

Pero es que además, nos vamos a encontrar con momentos puntuales en los que se generen necesidades de dar salida a los aceites almacenados para poder liquidar al agricultor, con lo que producirá una mayor oferta en el mercado y en consecuencia una oscilación de los precios, principalmente a la baja.

La administración no parece encontrar una solución a este problema, y desde la AICA afirman que la ley está para cumplirse y que es de obligado cumplimiento, si quieren evitar sanciones a la hora de las inspecciones.

Para cerrar la semana, y hablando del mercado, podemos afirmar que en estos días la estabilidad de los precios del aceite de oliva ha sido la nota dominante, con escasa actividad operadora dado que preocupa y mucho la ausencia de lluvias y su repercusión sobre la cosecha.